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Begoña Pardos

Tribuna

Begoña Pardos

Una historia muy bien contada

Una no es libre. De repente toman posesión de mí ciertos compromisos y unos duendecillos martillean mi cerebro, sin que puedan parar hasta que lleve a cabo esas obsesiones que tienen vida propia. Me explico: me siento en deuda con el escritor José Morella, autor de una maravillosa novela de título ‘West End’.

Con cada página iba disfrutando y sin darme cuenta me iba naciendo una gratitud y una cercanía que me han llevado a que escriba estas pocas palabras, que por fin, evitarán el martilleo de esos demonios del deber cumplido.

No quiero, ni pretendo hacer una sinopsis de la novela. Ya fue evaluada «su bien construida trama y una muy convincente naturalidad», por el jurado que le concedió el Premio Café Gijón, decisión de la que yo y seguro que otros muchos lectores nos hemos beneficiado.

Esta novela cuenta la historia de una familia que llegó a aquella Ibiza que empezaba a despertarse con la llegada del turismo y necesitaba mano de obra para crear esas infraestructuras que reclamaban ‘los forasters’ .

Si ya es tarea difícil y comprometida el hablar de uno mismo, imagínense hablar de la familia. Qué valentía y qué atrevimiento el intentar entrar en las historias que siempre se nos había contado y que un buen día descubres que nada que ver con lo que realmente pudo haber sido. Los recuerdos son siempre un tanto engañosos, el tiempo los desdibuja y queda un trazo difuminado y difícil de descifrar. A veces piensas que no fue por casualidad y que la nitidez va con los vencedores y que todos hemos tenido en nuestras familias algún personaje que nunca llegamos a saber si fueron esto o lo otro, si viajaron a Cuba o a Venezuela, si tuvieron uno o diez hijos… Bueno, por algo será y además prefiero pensar, que nos contaban de aquella manera las historias, por protección y afecto hacia el personaje recordado y además, es casi seguro que ya no salgamos de dudas. Digo yo.

El centro de gravedad, el ‘kikai tandem’ de esta comprometida novela, es el abuelo Nicomedes Miranda. Como la mayoría de aquella generación, el Sr. Nicomedes venía del campo y llegó a Ibiza con toda su familia para sofocar la enorme demanda de mano de obra.

Nicomedes nada sabía de ascensores, ni de barcos, ni de turistas, ni de ese mar que al llegar a Valencia vería por primera vez... ¡ay!, ese mar que sintió con esa intensidad del que ve algo con la inocencia y la sorpresa de la primera vez.

José Morella escribe removiéndote una y otra vez y se adentra en nuestros sentimientos, porque además lo que cuenta, en el fondo, no nos es desconocido y de una u otra manera, todos hemos tenido a un Sr. Nicomedes en nuestras vidas, en esa España siniestra e ignorante, en que a los locos ‘de remate’ y a los raros se les apartaba en algún cubículo para que no llamaran mucho la atención y estuvieran controladitos.

A pesar de hablar de personas y de hechos concretos, es como si hablara consigo mismo, unas veces criticando la maquinaria social, otras reconociendo el sufrimiento que puede acarrear el desarraigo, el no saber qué terreno estás pisando y ese sentimiento de compasión brota en sus palabras, sean sobre su familia o sobre sus propios miedos. Una página entera para nombrar sus miedos. Yo tendría también para otra página, si es que fuera capaz de identificarlos y nombrarlos como él mismo ha hecho.

Me acuerdo de que cuando era adolescente, con ese poco dinero del que disponía para comprarme un disco, un LP de así llamábamos, me sentía un poco timada porque en casi todos había siempre alguna canción que no me gustaba y sin embargo tenía que cargar con ello y comprármelo porque no quería renunciar a escuchar el resto de canciones. Van Morrison o Leonard Cohen y algún que otro clásico, no solían defraudarme y era un placer y un auténtico regalo escuchar todo el disco de la primera a la última canción.

Pues con este libro, me ha pasado un poco como con aquellos buenos LP. Una historia bien contada, amena, profunda, conmovedora, cercana y valiente. Muy valiente. Y no ha sobrado ni una sola canción. En todo caso faltaría alguna que, seguro podrá componer más adelante. José Morella puede.

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