Se acercan las Festes de la Terra, aprieta el calor sofocante. Las tormentas de verano nos recuerdan la fragilidad incluso del tiempo. Todo es trastocado en cuestión de minutos. En medio de una sociedad de cambio constante y líquida se nos presenta una realidad sólida, «altar de tantes reces», como canta el himno a nuestra Patrona, la Mare de Déu de les Neus.
Un referente, una mirada a lo alto, saliendo del puerto de Ibiza, o llegando a él, nos hace sentir protegidos. No solo por las murallas, sino también, cerrando los ojos, por sentir una vez más la mirada de nuestra Madre del Cielo. La Virgen María de la cual durante tantos años, tantas generaciones, tantos antepasados nuestros sintieron su protección.
A Ella le presentamos todos los retos que nuestras islas viven una temporada más. Ponemos a sus pies a tantos trabajadores que viven una precariedad laboral que roza la indignidad. A los empresarios que ven las dificultades para levantar otro día la persiana. A los desalojados de sus viviendas. A los trabajadores del mar que viven la dificultad de tirar las redes para conseguir «el pan de cada día». A todo el personal sanitario en una nueva ola de contagios. A tantos y tantos enfermos que necesitan de la protección de una Madre, como la nuestra.
Son muchos los retos que viven nuestras islas, retos que en un mundo globalizado como el nuestro, no solo nos afectan a nosotros. Pero que sí es cierto, por la envergadura de nuestras islas, aquí tendrían muchos de ellos más fácil solución.
Es necesario transformar nuestros estilos de vida. Sabemos hacerlo. En pocos años nuestras islas han pasado de la pobreza más severa a la riqueza que discrimina y que muchas veces criminaliza. Antes de volver a la pobreza más dura debemos reaccionar. El respeto a nuestros hermanos, a todos aquellos con los que nos toca convivir, el respeto a nuestra ‘Madre Tierra’, el respeto a nuestros mayores, a nuestra cultura, a nuestras raíces y creencias,… es el soporte para un cambio que garantiza un futuro mejor para todos. Las Festes de la Terra nos deben ayudar a conseguirlo y más aún el amparo de Nuestra Señora de las Nieves, nuestra patrona.
