El chaparrón de verano que cayó en Vila ayer por la mañana nos ha dejado las imágenes acostumbradas de tiendas llenas, turistas paseando y saltando charcos por la ciudad, embudos de tráfico... y pobreza, esa que carcome una isla donde el lujo para muchas personas sería simplemente tener un techo en que cobijarse de la lluvia o el sol.
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El álbum