Diario de Ibiza

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Lucía Perán Alcázar

Puro infierno

Ser una buena persona no solo es sonreír y mantener la atención presta a las inquietudes de quienes te rodean o se acerca a ti con el ánimo de encontrar soluciones o respuestas. No, ser buena persona es no solo parecerlo, hay que serlo y comprometerse. Cuesta, pero como todo, es cuestión de práctica. ¿Dónde está el problema? Pues es bien sencillo que, como también sucede siempre, de donde no hay no se puede sacar. Hay disfraces, a coste de saldo, que se pasean por nuestras vidas aparentando unos brazos abiertos, cobijo falso, que simulan ser regazo y solo derrochan puro calor de infierno. ¡Ojo, que simulan la perfección! Son personas que poco merecen una lágrima, un suspiro o una noche de sábanas revueltas. Son todo lo contrario a lo que alguna vez has necesitado, deseado o buscado. Saber escuchar; comprender el silencio; ofrecer hasta donde tienes, sin falsas promesas ni sueños en destrucción; regalar una sonrisa u ofrecer lo mucho, o poco, que tienes, para muchos será siempre imposible porque, lo dicho, de donde no hay no se puede sacar. Solución: se asusta con poco y es sencillo eliminarlos de la ruta. Con un simple zapatazo de honestidad, los derrumbas. Ánimo.

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