Con lo bonita que les iba a quedar a los socialistas ibicencos su reunión del sábado, a la que fue incluso el superconseller Iago Negueruela después de la fiesta en el Hard Rock para darle lustre, y van los tiquismiquis vecinos de los apartamentos Don Pepe y les deslucen el acto. Una decena de afectados por el desahucio se presentaron en la puerta de la flamante sede socialista en Vila y, en completo silencio, protestaron ataviados con sus camisetas de ‘Don Pepe resiste’. Dentro estaban el exalcalde y el actual primer edil de Sant Josep, Josep Marí Ribas y Ángel Luis Guerrero. A su salida, al más puro estilo de los niñatos de la selección española de fútbol, ambos pasaron entre los manifestantes como si de seres invisibles se tratase, no fueran a quedar contaminados por la plebe. Que una cosa es ir al mercado y tomar en brazos a niños babeantes en campaña y otra muy distinta hablar con los ciudadanos cuando no hay elecciones a la vista. Ni un minuto para escuchar cómo se encuentran, qué tal están. Ni un segundo para soltar el tópico «estamos trabajando en ello». Ribas y Guerrero, y el resto de socialistas, abandonaron la sede del partido como una exhalación. Como los millonarios del fútbol patrio. El PSOE debería cambiarse el nombre: la O de obrero hace tiempo que sobra.
