Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Cuervo

No los espere para cenar

Un argumento recurrente de las telecomedias estadounidenses de los años sesenta eran los nervios de las amas de casa cuando tenían que organizar la cena en la que el invitado era el jefe de su marido. La costumbre existió en una sociedad próspera y más equilibrada, al menos para los blancos, anglosajones y protestantes. Con los años, el jefe y el empleado se fueron distanciando. En los años 70, los jefes cobraban entre 35 y 40 veces más que los empleados. Ahora son 320 veces más. Hablamos de medias. En 2014, nueve directores ejecutivos de las 500 empresas más grandes que cotizan en Wall Street cobraron más de 800 veces el sueldo del empleado medio. Es normal que se planeen ciudades privadas para ricos desde que toda anormalidad es normal.

Tenemos un problema de pobreza, que conocemos y sentimos, y otro de riqueza: hay demasiados milmillonarios que no saben cómo serlo. Que el avión en propiedad los lleve a su isla privada donde está atracado su yate portahelicópteros ya no es signo de distinción. Ahora lo que marca la diferencia son las vacaciones en el espacio, el veraneo orbital. La guerra fría de dos modelos de sociedad se sacó del planeta en la carrera espacial y la competencia entre los dos primeros magnates sigue el mismo camino.

Cada uno, a su manera. Jeff Bezos, dueño de Amazon, irá al espacio en su propio cohete. El tendero electrónico global nació en 1964 y creció, como toda su generación, respondiendo «astronauta» a la pregunta «¿qué quieres ser de mayor». Elon Musk, el otro magnate, tiene un perfil inventor e ingenieril y se centra en Marte, seguramente esperando que la colonización del planeta rojo se llame ‘musquización’. Si hacemos caso al cine en lo que cuenta ‘Nomadland’, de la crisis salió una nueva clase de nómadas condenados a vagar por la tierra para trabajar y si le hacemos caso a las noticias hay una nueva clase de exploradores encantados de navegar por el espacio para divertirse y hacer negocio. Es imposible que cenen juntos porque no coinciden ni en el planeta.

Compartir el artículo

stats