Diario de Ibiza

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Los ovnis y el carro de fuego

La posible existencia de civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra y, por tanto, en posesión de recursos técnicos hasta ahora inimaginables, ha sido objeto de polémica desde hace muchos años. Sobre todo, a partir del avistamiento de objetos voladores que dimos en llamar, primero, ‘platillos volantes’, por la forma de los mismos que recordaba a uno de esos útiles que empleamos para servir la comida; y después ‘ovnis’, acrónimo en inglés de ‘objeto volador de origen y naturaleza desconocidos’. La frecuencia y localización de esas apariciones misteriosas no conoce preferencias y no hay rincón del mundo donde no se les haya visto. Una vez o varias, volando solas o en cuadrilla. Y algo parecido cabe decir de la fiabilidad de los testigos presenciales que van desde un encuentro en un paraje solitario, hasta los cientos de asistentes a una verbena de verano. Desde el informe de un piloto militar a uno comercial. Hasta ahora, la tendencia de las autoridades políticas y de la mayoría de conductores de programas de televisión relacionados con los aspectos misteriosos de la vida fue la de mantener un cauto escepticismo dando a entender que esos efectos paranormales tenían causa en actividades humanas mal interpretadas y hasta en sugestiones ópticas colectivas. Vamos que, eran unas fantasías parecidas a las de don Quijote de la Mancha que veía gigantes donde solo había molinos de viento, y ejércitos en formación de combate donde solo había rebaños de ovejas. Pero algo parece haber cambiado en relación con la importancia que debemos atribuir al fenómeno ovni. Según lo que leo en los medios, el gobierno y las agencias de espionaje de los Estados Unidos darán a la publicidad el resumen de un informe en el que se reconoce que no se puede afirmar que esos objetos sean naves extraterrestres, pero tampoco puede explicar lo que son.

«La frecuencia y localización de esas apariciones misteriosas no conoce preferencias y no hay rincón del mundo donde no se les haya visto»

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Según el relato de los pilotos de aviones de combate norteamericanos, los objetos voladores no tenían motores o escapes visibles y a 9.000 metros de altura se desplazaban a una gran velocidad desafiando todas las leyes de la Física conocida. Uno de esos pilotos, David Fravor, dijo que «aceleraba como nunca he visto». Sea lo que fuere, una nave extraterrestre o un avión supersónico manejado por una potencia militar rival como Rusia o China, la preocupación ha llevado a USA a crear un Cuerpo Especial de Fenómenos Aéreos no Identificados para seguir de cerca el fenómeno. Subir a los cielos y deambular por la inmensidad del Universo es una aspiración humana de larga tradición. En la Biblia se describe la ascensión a los cielos de Enoc, de Elías, de Moisés y de Jesucristo. Directamente y sin cambiarse de ropa. La más espectacular es la del profeta Elías, que fue arrebatado por un carro de fuego tirado por caballos también en llamas. La de Jesucristo se realizó delante de sus apóstoles. Y de una forma parecida la de su madre, la Virgen María. Durante un tiempo, creí que el carro de fuego de Elías había inspirado la película del mismo nombre, pero más bien se debe a un poema de William Blake. La imagen de un profeta guiando un carro de fuego tirado por caballos también en llamas es muy sugerente.

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