Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alicia Reina Escandell

El turismo, pese a quien pese, liderará la recuperación

Que el vicepresidente del Govern balear, Juan Pedro Yllanes (integrante de Podemos) con el respaldo del resto del Govern balear, celebre el derrumbe turístico con estas palabras: “son buenas noticias que no volverán las cifras de 2019”, es temerario y más que preocupante para toda la sociedad balear, que debería de replantearse si ha elegido bien a sus representantes. Más aún si cabe, porque aproximadamente el 83% del PIB balear proviene del turismo, si bien, me atrevo a decir que, indirectamente, representa mucho más, porque… todos, hasta los políticos, que reniegan del turismo, viven (vivimos) de nuestra maltrecha y querida industria turística. ¿De dónde creen los miembros del Govern balear que viene el dinero con que se pagan puntualmente sus nóminas?, del aire. El problema es que no se han planteado nunca esta pregunta, no les hace falta hacerlo porque, a diferencia del resto de mortales y de ciudadanos de a pie de las Baleares, no tienen que sufrir en sus propias carnes las consecuencias y el drama social que está representando la caída del Turismo, que el sr. Yllanes y el resto de los miembros del Govern balear, tanto celebra.

Lo cierto es que, respecto a la industria turística, existe una doble moral, que no está exenta de cierta injusticia, como es que se considere que, si el turismo se vive desde la perspectiva del viajero, es una experiencia positiva y enriquecedora (por lo que nadie quiere renunciar a viajar e ir de vacaciones), mientras que, si se vive desde la perspectiva del residente del destino receptor del viajero, el turismo pasa a ser algo negativo y perjudicial para la sociedad.

«Es posible que el turismo conviva en equilibrio con la preservación del destino, y siga aportando prosperidad y riqueza a la sociedad»

decoration

El turismo, hasta convertirse en el enemigo público número uno de la sociedad, ha traído grandes logros para los ciudadanos en su conjunto: progreso, riqueza, inversiones, puestos de trabajo, calidad de vida, intercambio cultural, felicidad, prosperidad…no olvidemos que hasta los políticos se van de vacaciones y se alojan en hoteles. Por ello, no comprendo de ningún modo, la cruzada liderada por el Govern balear, contra el sector turístico. Más aun teniendo en cuenta el esfuerzo que se está haciendo, y se lleva haciendo desde hace años, por parte de la industria turística, para caminar hacia la sostenibilidad y la innovación, sin el apoyo de nuestras instituciones públicas. Sería conveniente conseguir que la clase política dejase de enfrentar a los ciudadanos, porque no se trata de decidir: si turismo sí, o turismo no; si eres de izquierdas o de derechas; si eres blanco o negro… las cosas, en la vida real, muy alejada de quienes ejercen la política, tienen sus matices. Por lo que entiendo que es posible que el turismo conviva en equilibrio con la preservación del destino, y siga aportando prosperidad y riqueza a la sociedad. Este equilibrio sí que ayudaría a optimizar y mejorar nuestro modelo turístico, que no está para muchas improvisaciones como las que se pretenden por parte del Govern balear. Improvisaciones que están siendo aprovechadas por nuestros competidores, cuyos gobiernos han entendido muy bien que el turismo no es el enemigo, sino un aliado necesario e imprescindible para resurgir de nuestras cenizas.

Compartir el artículo

stats