Cien euros para los residentes que viajen entre islas. El anuncio del Govern, lanzado a bombo y platillo, desata la locura. ¡Cien euros! La imagen es inevitable: Miss Francina a lomos de un Dos Caballos y lanzando a troche y moche billetes de cien euros. Hasta que llega la letra pequeña. Que la hay. Y hasta que una se pone a hacer cuentas. Los cien euros son «hasta cien euros», como en esas burras de ocasión en las que se lee «vestidos a partir de diez euros» y en la que sólo hay uno, desastrado y desteñido, a ese precio. El total serán dos millones que, aventurando que esas ayudas sean de una media de 50 euros por persona, los podrá disfrutar menos de un 3,5% de la población oficial de las cuatro islas. Eso sí, el generosísimo anuncio ha cumplido su misión y ha ocupado páginas y minutos. Me pregunto qué pensarán de esos cien euros aquellos a quienes no les queda otra que viajar interislas (o fuera de ellas) por cuestiones sanitarias y que tienen que aguardar meses para cobrar unas dietas raquíticas que no cubren los gastos mínimos de ese día de turismo hospitalario. Puestos a promover los viajes interislas, seguro que hay otras medidas. Pero, claro, no incluyen anuncios con ruido de fanfarria.
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