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Tribuna

Ir al psicólogo es normal

Las personas somos seres complejos, nos componemos de aspectos sociales, mentales, conductuales y emocionales; además somos seres dinámicos ya que estamos sometidos al devenir de lo que va sucediendo mientras vivimos.

De este modo, a lo largo de nuestra vida las personas nos veremos sometidas a lo que se denominan “eventos vitales estresantes”. Estas son situaciones que nos generan un impacto y que pueden producir reacciones de ansiedad, tristeza y angustia, entre muchos otros.

Afrontamos este tipo de eventos, estas crisis como podemos y con las herramientas que tenemos, por lo que es frecuente que necesitemos de ayuda especializada no sólo para afrontarlo, sino también para tratar nuestras emociones y pensamientos, que frecuentemente se ven afectados en estas situaciones.

La psicología es una ciencia que estudia los procesos mentales a través de distintas perspectivas como la cognitiva, conductual y afectiva. Acudir al/la profesional de la psi- cología, siempre ha sido un estigma en esta sociedad.

Por ello, creemos necesario desmitificar la salud mental, aspecto del ser humano que abordamos los psicólogos/as, para poder promover precisamente esa misma salud mental. Si acudir a un psicólogo/a es un estigma, cuidar nuestra salud mental también lo es.

El problema radica en que socialmente no está estigmatizado acudir a un taller de energías, o a un retiro de educación emocional. Si acudimos allí no nos juzgan, mientras que en la consulta del “loquero” sí. Y esa palabra, coloquial, casi humorística, genera pensamiento. Un pensamiento que se instala en nuestra mente y se transmite de generación en generación, porque sí, hablar de emociones es muy bonito, es muy “friendly”, más si lo haces en un directo de “insta”, pero hablar de salud mental, no lo es tanto. Esas son las barreras que hemos de derribar, las barreras de nuestra propia herencia cultural, que arrastramos de manera consciente o inconsciente (gracias, Freud). Creemos también que en la sociedad en la que vivimos no hay tiempo para cuidar nuestra salud mental. Y menos cuando no paran de llovernos ofertas a talleres, cursos y charlas en las que se nos promete que aprenderemos pautas milagrosas (y genéricas) que acabarán con nuestros problemas emocionales.

La gran mayoría de veces, estos encuentros no están dirigidos por profesionales de la salud mental. De hecho, podríamos hablar en muchos de estos casos de intrusismo laboral, que no es más que asegurar que se ayuda o resuelven temas de salud mental, cuando no se tiene formación específica para ello. Y es que a veces creemos que un coach, o una persona que tiene habilidades interpersonales y ha estudiado X horas de cursos, puede ayudarnos mejor, porque “yo no estoy tan mal”, como para ir a un psicólogo/a.

Porque un psicólogo/a es un profesional que se ha formado cuatro años en una Licenciatura o Grado. Independientemente del área a la que se dedique, es muy probable, y lo más responsable bajo nuestro punto de vista, que se haya especializado con formaciones posteriores. Además, también es muy probable que cuente con una formación práctica que avala los tratamientos que implementa. Al mismo tiempo está respaldado/a legalmente y por un colegio profesional, al que cualquier persona puede dirigirse.

Y este es el punto determinante, la ciudadanía, porque los psicólogos/as trabajamos con personas que esperan que cuidemos y tratemos su salud mental. Por lo tanto, los/as profesionales de la psicología, debemos trabajar con meticulosidad, cuidado, cautela, y por supuesto, con base empírica y de manera responsable.

Además, queremos añadir un concepto importante para la profesionalidad. Consideramos que dentro de la psicología, deberíamos especializarnos. Es prácticamente imposible que un mismo/a profesional pueda tratar todos los aspectos que afectan a la salud mental de las personas. Por ello creemos importante tener entre compañeros/as una red de contactos para derivar los casos que sea necesario si vemos que no podemos tratarlos o llegamos a un techo terapéutico en algún caso.

Con este escrito queremos visibilizar el papel del psicólogo/a así como desestigmatizar la salud mental y romper tabúes. Creemos que aún en nuestra sociedad faltan muchos tabúes por derribar y muchos estigmas o prejuicios que nos han calado bien hondo.

Podemos cuidar nuestra salud emocional o física del modo que consideremos, siempre es importante que tengamos información al respecto de cómo hacerlo, y la fiabilidad de los tratamientos, porque no todo funciona con todos, hay distintas herramientas que funcionan con distintas personas y es bueno escoger la herramienta que está contrastado que funciona.

Por ello, si tenemos un problema de corazón vamos al cardiólogo, si nos duele un diente vamos al dentista y si tenemos un problema vital, emocional, un trastorno psicológico o cualquier aspecto que atañe a la salud mental, los/as profesionales que han recibido la formación para tratar dichos temas, son los psicólogos/as y en caso que se necesite, los médicos especialistas en psiquiatría.

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