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Pilar Galán

Tribuna

Pilar Galán

Pie de foto

Como no he estudiado periodismo, ni fotografía ni comunicación audiovisual, no sabría qué pie de foto elegir para esta imagen en la que aparecen dos hombres y una mujer. Lo haría mejor si tuviera que examinarme de inglés, por ejemplo, y debiera describir esta foto, con los trucos que aprendíamos antes. Podría decir, por ejemplo, que a la derecha de la imagen, es decir, en la parte importante, porque es donde primero miramos, aparecen dos señores enchaquetados, sentados en sendos butacones, en actitud relajada. Entre ellos, dos banderas, y a cada lado, dos mesitas adornadas con objetos que podrían ser bomboneras. En primer plano, una mesa rectangular, y a la izquierda de la imagen, sentada en un sofá, bastante alejada de la composición, podemos ver a una mujer que mira de lado a la pareja central, con las piernas cruzadas, en una actitud que podríamos adivinar de espera o de impaciencia. Desde luego, diríamos en nuestro inglés macarrónico, esta mujer no forma parte de la imagen, es un añadido. Quizá, si fuéramos creativos, diríamos que hay un guiño o un cruce entre el color rojo de su chaqueta, la bandera y la corbata de uno de los hombres, pero eso solo si quisiéramos ponernos literarios. Lo que hay es lo que hay, el ojo no se deja engañar. Aquí lo que vemos y miramos viene a ser lo mismo. Dos hombres en posición de diálogo, de tomar decisiones importantes o llegar a acuerdos, y a la izquierda, fuera del foco de atención, una mujer que parece que va a servirles el café o tomar notas, por ejemplo. También parece mirar por el enorme ventanal de la izquierda. Está bañada por una luz, como a punto de sufrir una revelación.

Quizá en lugar de ser un personaje secundario es alguien importante que quiere discutir por qué el país en el que está ha abandonado un tratado paneuropeo para prevenir la violencia contra las mujeres. Quizá tenga el mismo rango que los hombres. Por la composición de la imagen, no da esa impresión. Sacaría un diez en el examen, seguro, contando con que hablara bien. Ahora, si, haciéndome la listilla, se me ocurriera decir que los tres personajes son Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, y Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, seguramente me suspenderían. Lo que se ve es lo que se ve. Dos hombres centrales, una mujer alejada. No parecen lo mismo, así que no deben de serlo. O al menos el que los ha colocado así no debe de pensar que sean los tres iguales. Tampoco deben de pensarlo los dos hombres, que no han acercado una silla para que la mujer se siente a su lado ni se han levantado para acompañarla. Luego se podrá pensar lo que se quiera, pero el ojo no engaña, la mirada, tampoco. Es el corazón el que se duele y el cerebro el que se indigna, pero la realidad como la imagen es difícil de cambiar o resumir en un simple pie de foto. Queda el recurso de contar la historia una y otra vez, para que no vuelva a repetirse, pero siempre quedarán estos momentos, estos fotógrafos, la advertencia de todo lo que falta por hacer congelada en instantes como estos.

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