Ahora está claro. Entonces un poco menos. Cuando Cs lanzó la moción de censura en Murcia, Arrimadas se equivocó. No controlaba a sus murcianos. Pero el PSOE le fastidió mucho más al caer en la tentación. El botín no era de primera, Cs terreno pantanoso… y previsible que Isabel Díaz Ayuso aprovecharía para convocar autonómicas en Madrid. ¿Sólo autonómicas? Bueno, en Madrid no hay regionales, porque es la capital de España. Y desde Tierno Galván y Ruiz Gallardón (ayuntamiento) hasta Esperanza Aguirre siempre se ha volado alto.
Se sabía que Ayuso y MAR (Miguel Ángel Rodríguez, antes ‘agit-prop’ de Aznar) querían anticipar. Son lanzados (e imprudentes) y Ayuso se ha ganado con su gestión laxa de la pandemia y un discurso sin complejos sobre impuestos y el modelo de Madrid (¿nacionalismo capitalino?) muchos aplausos en la derecha y en sectores sociales más extensos como los bares (no solo propietarios). Incluso Sánchez impulsó su notoriedad en septiembre cuando fue a la sede autonómica, adornada con múltiples banderas de España y de la Comunidad, a negociar medidas contra el coronavirus.
Ayuso no podía anticipar porque Pablo Casado, atento a cuidar un futuro con Cs, se lo prohibía. Pero ‘la traición’ de Murcia dio la luz verde. Había que marcar territorio PP, borrar del mapa a Cs y desafiar a Sánchez en campo propio. ¿Madrid zona nacional?
Y ahí estamos. Lo decía Rosa Paz en El Periódico. El lunes Ayuso, retando retóricamente a Pedro Sánchez, le espetó: “Se lo digo a los ojos. El 4 de mayo nos vemos en las urnas”. Es el mensaje. Ayuso, parapetada en su gestión ‘amable’ de la pandemia y el ultraliberalismo, planta cara al comunismo y al socialismo que -al menos el de Sánchez- es casi lo mismo. Y ‘a por ellos’ con el apoyo de todos los que quieren revolcar al líder que echó al PP de La Moncloa (mejor olvidar a Rajoy) y de la derecha mediática.
Las encuestas dicen que Ayuso casi doblará sus votos de 2019, hasta el 39% o 40% (59 escaños sobre 136) merendándose a los votantes de Cs, que puede quedar por debajo del 5% y sin escaños, y a buena parte de los de Vox. Y que Iglesias sea candidato es un regalo, porque Pablo es un eficaz fabricante de miedo en la derecha, el centro y… Gabilondo -un Tierno Galván sin el colmillo del ‘viejo profesor’ que se define serio y soso- ya ha corrido a desmarcarse del antiguo vicepresidente.
Ayuso exhibe su gestión laxa de la pandemia, la baja fiscalidad (libertad o comunismo) y su intención de revolcar a Pedro Sánchez, el usurpador.
La pesadilla de Ayuso sería morir de éxito. Pongamos que obtiene 65 escaños (¡la repanocha!), pero que Cs y Vox no sacan diputados. Le faltarían 4 y ‘el soso’ sería presidente. ¿Puede pasar? Las encuestas dicen que, pese a Edmudo Bal, Cs no llega al 5%. Vox sacó un 9% en las autonómicas de 2019 que Abascal subió al 16,6% en las legislativas de aquel noviembre. Pero ahora Ayuso les come el terreno y están a la baja. El CIS, mal intencionado, le da solo un 5,4%. ¡Peligro, peligro! Pero el análisis Predi, de El Periódico y Agenda Pública corrige algo al alza la negra previsión.
¿Qué pasará? Hipótesis uno. Isabel logra la mayoría absoluta (69 diputados). O Vox -humilde- la apoya sin tocar Gobierno. Se convierte así en la reina del mambo de la derecha. Jaquecas para Casado y los barones blandos del PP. Y se erige también en el azote sin piedad del Gobierno social-comunista-separatista. ¿Candidata a las generales?
Hipótesis dos. Obtiene un buen resultado (59 escaños frente a los 30 de 2019), pero Vox fuerza su entrada en el Gobierno. Ha ganado ‘cum laude’, pero sigue donde estaba. Y en vez del socio Cs, que le abría las puertas del centro, queda prisionera de Vox. A Ayuso y a MAR no les quita el sueño, pero a Feijóo y a Casado, sí. Sánchez ha perdido, pero dirá que la foto de Colón no solo sigue, sino que ahora es de extrema derecha. ¡Progresistas y centristas de todo el mundo, unidos! Mas crispación.
Hipótesis tres. Ayuso tiene un magnífico resultado, pero sin mayoría y Cs y Vox no sacan escaños. La carambola hace a Gabilondo presidente con todos los votos de la izquierda. Incluso el de un Iglesias muy tocado si no supera a Más Madrid. Cava catalán en La Moncloa para olvidar el susto. Ayuso ha pecado de prepotencia y ha cometido un error peor que el del PSOE en Murcia. A Casado, ya con canas, le tocaría reinventarse.