Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pilar Ruiz Costa

Una ibicenca fuera de Ibiza

Pilar Ruiz Costa

El tamaño sí importa

Como si no tuviéramos bastantes malas noticias ya, esta semana nos hemos enterado de que el tamaño de los penes está disminuyendo por culpa de la contaminación. Respiro de alivio porque, seguro, es eso exactamente lo que le está sucediendo a mis vaqueros. Voy a por otro donut y sigo escribiendo.

Los penes están disminuyendo y que el tamaño sí importa hemos tenido ocasión de comprobarlo todos estos días viendo al carguero ‘Ever Given’ encallado en el Canal de Suez. Como no era justo que solo los egipcios pudieran divertirse, anda que han tardado en poner el talento manos a la obra y diseñar una aplicación: Evergiven Everywhere, que permite al usuario jugar a encallar el buque donde la imaginación y los conocimientos geográficos le lleven. “Desde la comodidad de su hogar puede bloquear el Ever Given donde lo desee” reza el anuncio. Una semana han tardado. Mientras, la vacuna española contra el covid sigue en manos de personal precario con contrato temporal y científicos septuagenarios jubilados que trabajan gratis “por obligación moral”. El tamaño de la moral importa tanto como el de la inversión en ciencia.

Los penes están menguando. Me pregunto cómo se habrá tomado la noticia el actor secundario Jonah Falcon, mucho más conocido por ser el hombre que más veces se ha tenido que bajar los pantalones en los controles de aeropuertos para justificar el bulto sospechoso de 34,4 centímetros que carga a la izquierda. ¿Y Bertín Osborne? ¿Lo recuerdan, ‘cazado’ en los 90 en compañía de la enésima novia, desnudo, en la cubierta de un yate en aguas de Miami? Le escuché en alguna ocasión excusarse diciendo que el agua estaba muy fría y es que, sospecho, del otro lado de las revistas del corazón, ellas y ellos esperaban que la talla fuera proporcional al número de mujeres que paseaba del brazo. ¡Lo grandes que se nos ponen algunas expectativas…!

Los penes están encogiendo. Ya lo observó otro estudio que relacionaba el tabaco con la pérdida media de un centímetro en el fumador. Si las imágenes adheridas a los paquetes de tabaco en lugar de pulmones negros mostraran un pene y una lupa otro gallo cantaría, porque el tamaño de la concienciación es también proporcional a que nos toque en algo que miramos con aprecio todos los días.

El tamaño de los penes se está reduciendo. Lo publica la doctora Shanna Swan, una de las epidemiólogas ambientales y reproductivas más prestigiosas del mundo y profesora de Medicina Ambiental y Salud Pública en la Escuela Icahn de Medicina de Monte Sinaí en Nueva York. En su laboratorio llevan más de dos décadas midiendo penes y recontando espermatozoides. Reducción de tamaño, deformaciones genitales y sobre todo, bajada en la cantidad de esperma. Ya en 2017, Swan advertía que el nivel de esperma entre los hombres en los países occidentales había caído a la mitad en los últimos 40 años a consecuencia de la contaminación, especialmente de los ftalatos, unas sustancias químicas utilizadas en la fabricación de plásticos. Ahora, aún más seria, Swan alerta en su libro titulado ‘Count Down’ (Cuenta atrás) que la humanidad se enfrenta a una «crisis existencial que pone en peligro el futuro de la raza humana». Pero no ese futuro de las películas de ciencia ficción que siempre es tan ambiguamente inalcanzable. Según sus estudios, para el año 2045, la población masculina será infértil debido a la incidencia de químicos en nuestro organismo. ¿La creo a ella o a Santiago Abascal? Entiendan que haya desarrollado complicidad ahora que he descubierto que sufrimos el mismo mal —a él le sucede con las camisas lo mismito que a mí con los vaqueros— y el ideario de Vox afirma que el cambio climático “es un camelo” y las advertencias científicas “una tomadura de pelo” y “no vamos a malgastar dinero en esta estafa”. El tamaño de los idearios importa. Aún más el contenido.

Lo dejo ya y voy por otro donut, que soy capaz de lanzarme a escribir intimidades sobre los penes de mi vida. ¡Venga, va! Ya, ¿qué más dará? Me confieso: Soy de tortilla con cebolla, rollo de papel higiénico hacia fuera y de que el tamaño sí que importa. Tanto que, créanme, se lo he medido a la primera de cambio a mis innumerables novios —este último comentario únicamente por si me lee Bertín—. Calculo, calibro y cuantifico la inteligencia, el sentido del humor y del amor; cómo se desenvuelven en la cocina, la curiosidad, la bondad, la empatía, la lealtad, las arruguitas en el contorno de los ojos de tanto reír; las veces que dicen por favor y gracias y las que dejan pasar a alguien que lleva solo dos cosas en la cola del súper; la pasión por defender lo que es justo y los derechos humanos, incluso, cuando nos pillan lejos. Porque también son cosa nuestra. ¡Me ponen, ay, cómo me ponen! Los que saben que todo lo que hacemos tiene consecuencias y que deciden, así, ¡a lo loco! Que el planeta que legamos vaya que es nuestra responsabilidad. Los que quieren, como yo… dejar un mundo lleno de penes INMENSOS.

@otropostdata

Compartir el artículo

stats