Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Vamos finalizando el tiempo cuaresmal para iniciar la Semana Santa. El próximo domingo, domingo de Ramos. Recordamos y celebramos la entrega generosa de Jesús en la cruz, para la salvación de todos.

‘Entrega’. Una palabra en desuso. Como mucho la utilizamos en los pedidos online que se realizan hoy en día en tantos comercios que han tenido que ponerse al día en esta situación que nos ha tocado vivir. Se ha facilitado la ‘entrega’ a domicilio. Pero el sentido de ‘entrega’ en esta semana, que nos preparamos para vivir intensamente, es otro.

La ‘entrega’ personal, la ‘entrega’ de uno mismo por los otros, es difícil de entender. Como mucho puedo entender la ayuda, el servicio… pero ‘entregarse’ crea confusión, incomoda, nos complica la vida. Y es justamente eso lo que celebramos cada año en la Semana Santa.

Además es una entrega gratuita. No hay que pagar nada cuando la recibes, al contrario. Lo recibes todo. En un mundo y una sociedad marcados por el consumo desenfrenado y el individualismo personal, un virus nos ha llamado la atención sobre nuestro estilo de vida. Nos ha situado ante una disyuntiva. No nos hace más felices el tener, sino el ser. Y el ser se crea entregándose.

No necesitamos consumir frenéticamente para ser más felices. Nuestra soledad, nuestro existir, la tiene que llenar más que nunca nuestras familias, nuestros amigos y nuestros vecinos. Es connatural a la celebración de la Semana Santa. Celebrar la entrega al otro.

Como nos invita el evangelio que hoy se proclama, «si el grano de trigo no muere no puede dar fruto» (Jn 20-33). Morir para engendrar vida. Entregarse. Una entrega que engendra vida. Parece contradictorio pero es una realidad. No dejarse llevar por lo que uno quiere en cada momento para entregarse, para dar vida a los demás. Esto engendra vida en uno mismo.

Es la experiencia de tantas y tantos voluntarios que en diferentes entidades, como en Cáritas, engendran vida para aquellos que las situaciones que viven les producen muerte. Encuentran vida en la ‘entrega’ de otros. Y ese otro puedes ser tú, que deberíamos ser cada uno de nosotros.

Compartir el artículo

stats