Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

César Navarro

En un año normal...

En un año normal (y no digo bueno porque llevábamos un ritmo insostenible), Vila estaría a punto de convertirse en un hervidero de obras ante una temporada entonces tan cierta como que el sol sale cada mañana o que los políticos nos escupen cada día una noticia sonrojante. En un año normal, al pasear por la Marina, Dalt Vila o el Eixample, uno se preguntaría qué novedad nos depararía cada obra, qué abriría en lugar del negocio tradicional (una tienda de ropa de una multinacional es una apuesta segura, y así de sosa e impersonal luce la ciudad). Este año, diferente a cuantos hayamos vivido (peor lo tuvieron el siglo pasado con una Guerra Civil y nada menos que dos mundiales) nos preguntamos simplemente quién tendrá agallas para siquiera iniciar trabajos de preparación para subir la persiana, no ya para reformar o mejorar. Mientras el azul del mar y del cielo es cada vez más claro y limpio por nuestro confinamiento económico y nuestros bolsillos y semblantes se tornan más oscuros y siniestros, el año avanza pendiente de posibles cepas y vacunaciones masivas que no llegan con la incertidumbre de si tendremos un verano decente. No es un año normal, es diferente. Y acabará sin que aprovechemos la coyuntura para sentar las bases de un futuro sostenible.

Compartir el artículo

stats