Si no lo digo, reviento. Estoy cabreado con el reverendísimo y excelentísimo señor obispo de Mallorca, don Sebastián Taltavull. Resulta que se nos ha vacunado antes de que le tocara hacerlo. Saltándose el turno. A la chita callando. Haciéndose el despistado. No es el único espabilado que se nos cuela. Es ya muy larga la lista de listos. Estamos en el país del Lazarillo de Tormes y los pícaros abundan. Pero, la verdad, uno no lo espera de un obispo. La cosa fue así: el pasado 5 de enero vacunaban a los sacerdotes jubilados de la Residencia San Pere i San Bernat de Palma, que queda cerca del Palacio Episcopal y, por aquello de hacerle una gracia a monseñor, lo incluyeron en la lista. Lo sorprendente es que nuestro obispo no dijo que no. Y ahora, cuando su granujada salta a la prensa, el buen hombre la fastidia buscando el pretexto del Santo Padre, al que se le habrá quedado la cara de póker. «El Papa Francisco -se justifica el prelado- aconsejó que nos vacunáramos para dar ejemplo». ¡Pero no mal ejemplo, monseñor! Ocurre, creo yo, que don Sebastián estaba cagado de miedo y se dijo para sí, «por lo que pueda ser, yo me vacuno».

También advierte de que, como tiene 73 años, es persona de riesgo. ¡Vaya por Dios!

¿No sabe don Sebastián que en el país hay miles personas de riesgo de su misma edad y más mayores que guardan cola religiosamente esperando que les toque la vez? Con más motivo debería haber sido religiosa su espera. Y en todo caso, sin ir más lejos -el lector disculpará que personalice- quien suscribe tiene 75 tacos y bien cargada de morbo la mochila, enfermedad coronaria, nódulo prostático de riesgo, lesión vertebral L5-S1, neuralgia postherpética, polimialgia reumática, etc. Y no me quejo, don Sebastián. Esperaré como todo hijo de vecino a que me llegue el turno de vacunación. Y de aquí mi cabreo. No entiendo que nos den lecciones quienes meten la pata hasta la corva. Y le llamo jeta, sí señor. Porque 'ser un jeta' en lenguaje coloquial es la expresión ad hoc para estos casos. Monseñor puede ser un santo, pero se ha pasado tres pueblos.