La inestabilidad y la crisis sanitaria entraron a bocajarro, sin llamar a la puerta, provocando sufrimiento y haciendo acopio de los miedos colectivos, irrumpiendo en nuestras vidas como una niebla espesa. Fueron unas primeras semanas muy complicadas que vivimos todo el equipo de gobierno abrumados por las incertezas que hacían tambalear los planes y proyectos en los que estábamos trabajando. El virus llegó sin avisar, obligándonos a adaptarnos con rapidez para estar al lado de la gente de Santa Eulària des Riu, creando ayudas sociales para las familias, autónomos y pymes.

Gestionar la incertidumbre y atender la gran diversidad de nuevas situaciones y problemáticas ha supuesto para nosotros un doloroso reto porque lo hemos vivido sabiendo que cualquier toma de decisión no estaba exenta de riesgos. Ahora tenemos que aprovechar la oportunidad para mejorar los instrumentos de anticipación, para prepararnos para lo inesperado y tomar plena consciencia de que un futuro mejor solo puede construirse de forma colectiva.

Durante el confinamiento, multitud de personas, asociaciones y empresas locales se ofrecieron al Ayuntamiento para paliar los estragos de la crisis y hacer llegar su ayuda a las familias y personas más vulnerables, lo que evidenció la gran calidad humana y social que tenéis las personas de nuestro municipio. Un pueblo por el que siento un profundo respeto y agradecimiento, que se ha volcado desde el primer momento en colaborar y que ha dejado claro que la solidaridad no es un bien escaso en nuestro pedacito de tierra.

Los miedos que afloraron durante el confinamiento nos unieron y también nos mostraron la importancia de revalorizar aspectos fundamentales de la vida que el ritmo vertiginoso que estábamos llevando había difuminado. La importancia de las pequeñas cosas, tomar el tiempo para escuchar el silencio y a uno mismo, reflexionar al constatar que cuando nos hemos retirado, la naturaleza ha empezado a regenerarse y, sobre todo, volver a dar valor a lo local y tomar consciencia de que formamos parte de un todo y que todas las personas aportan una parte fundamental para que la sociedad funcione, tengan la profesión o la tarea que tengan.

En todas las reuniones que tenemos con las ciudadanas y los ciudadanos del municipio salimos reconfortados al ver que sois un gran pueblo, cooperante, implicado y participativo. Así, se sale con certeza de cualquier crisis que se nos ponga por delante.

El plan de desarrollo local que tenemos previsto para el 2021 refuerza las ayudas para garantizar el apoyo a las familias y a las pequeñas empresas locales más afectadas, ya que es vital resolver los problemas de desigualdad que conlleva la crisis económica, pero también apuesta fuerte por seguir destinando esfuerzos y empleando recursos en aliviar la presión que ejercemos sobre el medio ambiente.

Indudablemente nos encontramos ante una etapa de cambio en la que saldremos reforzados incorporando nuevos aprendizajes y podremos reconfigurar el futuro de forma colectiva. Es preciso desarrollar instrumentos de protección común y procedimientos que favorezcan el desarrollo del ingenio, la reflexión, la crítica razonada y el intercambio de ideas que nos permitan evolucionar hacia un mundo más justo e inclusivo, porque una sociedad solo evoluciona cuando nadie queda atrás.

Entramos en un 2021 sujeto todavía a incertezas e inestabilidades, pero será también un año de inversiones que mejorarán la calidad de vida de las personas y de proyectos de recuperación económica, cultural y social que viviremos con optimismo, porque sabemos que jugamos la partida contra la crisis con el mejor equipo, la gente de Santa Eulària des Riu.