Opinión

Los contagios se traducen en muertes

Algo no estamos haciendo bien como sociedad cuando, a pesar de las restricciones impuestas a lo largo de los 10 últimos meses, somos incapaces de doblegar la dichosa curva de contagios. Es evidente que los países de Occidente no han tomado las decisiones acertadas para hacer retroceder el coronavirus, y que su política de ir introduciendo 'parches' temporales para frenar la hemorragia está resultando netamente insuficiente. Y la herida continúa creciendo. Alcanzar valores 'asumibles' de 25 afectados por cada 100.000 habitantes es una quimera en nuestro país, donde muchos no han (hemos) comprendido las consecuencias de la irresponsabilidad. O nos lo explican fatal, que también es posible. La falta de determinación de los gobiernos del llamado primer mundo para cercenar las opciones de contagio deja en manos de las vacunas la única salida posible a esta pesadilla. Sin embargo, como ciudadanos también debemos ser conscientes de la situación. De poco sirve llevar bien anclada la mascarilla al rostro cuando caminamos solos por la acera si al acceder al gimnasio o al bar nos la quitamos de un plumazo. O estar cenando en interiores de restaurantes sin ventilación y con el tapabocas en el bolsillo, como si los contagios no se tradujeran en muertes.

@rubenjpalomo84

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