Despegando del aeropuerto de Barajas contemplo la fila de los Superjumbo A380 de British Airways estacionados y con los motores precintados como una metáfora de este año que termina. Vuelvo a pensar en esa pregunta que me hizo un amigo hace unos días y que aún no he sido capaz de contestar: '¿Con qué te quedarías de este año?' Alguno considerará que ver todos esos mastodontes supercontaminantes aparcados puede ser una buena noticia ante el desastre que nos acecha con el cambio climático, pero si ponemos en el otro lado de la balanza la debacle económica, el paro y las colas del hambre la cosa se complica. Una vez aterrizado en Ibiza una parte del pasaje se levanta y corre por el pasillo mientras por la megafonía se pide que todo el mundo permanezca en sus asientos y salga por filas, esperamos una cola tras otra hasta que nos hacen la prueba y nos cantan el negativo a voces y delante de los demás -espero que con los positivos no hagan lo mismo-. A pesar de la amabilidad de los sanitarios todo resulta aborregante y feo, la tónica general de este 2020 que no nos ha hecho mejores. Ayer no me tocó la lotería, así que tendré que quedarme con el amor y la salud, sin contar con un esguince en el tobillo, que con todo lo que hemos pasado da hasta un poco de risa.