Una desagradable sorpresa se debió llevar el dueño de la bicicleta, tras encontrarse con que se la habían desmontado pieza a pieza y solamente le habían dejado la rueda que iba bien amarrada, y con un sólido candado, al aparcabicis, en el paseo de ses Figueretes de Eivissa. Como bien saben todos los propietarios de bicicletas, los robos de las mismas, enteras o, en caso de que no sea posible, incluso por partes (a menudo, lo que dejan es sólo el manillar), son lamentablemente muy frecuentes en la isla. La fotografía fue captada ayer por la mañana.