La cueva 127

Todo apunta a que ese nombre "la cueva 127" es un asunto científico. No se me ocurre a los ancestros identificando los lugares comunes o ajenos por un número cardinal como si de Manhattan se tratara. Eso se lo dejamos a los "simples" carentes de historia y de referentes. Por suerte a nosotros nos sobran o por lo menos no nos faltan. Cuando paseas por el interior de la Mola, de un tiempo a esta parte, un grupo de personas aparcan junto al acantilado y después de saludarnos, como si nos conociéramos de toda la vida (la amabilidad de los virots) te quedas con la duda de ¿quiénes son?, ¿Qué hacen por aquí? Hasta que lees a Carmelo Convalia y descubres que se trata de un proyecto científico para saber de nuestros antepasados, más allá de lo razonable. Porque cuatro mil años, o lo que es lo mismo la Edad de Bronce, nos pilla a contramano, pero con el máximo interés por saber cosas que a lo mejor tampoco han cambiado tanto, especialmente en la actitud humana por la supervivencia. La primera parte se desarrolló en el Cap de Barbaria, donde estaba el núcleo poblacional más importante. De allí se extrajeron datos sobre la forma de vivir y relacionarse de este colectivo. Por ejemplo, la conexión con la península, vía Alicante o Cartagena y con Menorca (sin pasar por Ibiza o Mallorca, ya eran más que listos) La vocación marinera o la de buscar territorios de mejor desarrollo es común desde aquel entonces.