Corrían tiempos de mitos y leyendas. Hércules había separado dos mares y dos continentes creando el estrecho de Gibraltar, pero dejó allí dos columnas con una inscripción: ' Non plus ultra'; 'No más allá', advirtiendo a los navegantes de que habían llegado a los confines del planeta. Más allá de aquellas tierras no había nada. Del otro lado, acechaba el Mare Tenebrosum o Mar de las Tinieblas, plagado de monstruos, cíclopes, dragones y sirenas que te atraían hacia los abismos y si uno acaso lograba esquivar estos males, caía por los bordes de un mundo plano.

Cristóbal Colón era uno de tantos convencidos de que se podía alcanzar oriente navegando hacia occidente. Es decir: la Tierra era redonda. También otros, incluso dentro del seno de la Iglesia, se negaban a tomar como literales las palabras de las Escrituras de «las cuatro esquinas de la tierra». Colón estaba convencido de que la tierra era redonda o, a decir verdad, con ligera forma de pera. Una gran masa rodeada de agua unía los tres continentes: Europa, África y Asia, e incluso, había estimado un ecuador de 20.400 millas marinas en base a abundantes estudios del astrónomo Alfragano o el cartógrafo Toscanelli, seguidor de los viajes de Marco Polo.

El resto de la historia es sobradamente conocida en su cara y su cruz: bajo el auspicio de los Reyes Católicos, Colón, almirante de la Mar Océana, emprendió travesía, aunque erró la distancia y erró el destino. Una serendipia nos hizo ser ¿los primeros? En conquistar América.

Pocas cosas tan inútiles (y peligrosas) como querer juzgar el pasado con los ojos del presente y sí, los españoles armados con cruces y arcabuces masacraron pueblos indígenas, pero huelga decir que de no haber sido nosotros, era cuestión de tiempo que tal hazaña fuera acometida por ingleses u holandeses.

La cosa viene después cuando uno no sabe qué o cuánto celebrar exactamente. La Reina María Cristina en 1892, cuarto centenario del descubrimiento, declaró el 12 de octubre Fiesta Nacional. Se firmó un real decreto en el mismo Monasterio de La Rábida donde Colón se alojara antes de zarpar al Nuevo Mundo. Desde entonces, la celebración ha cambiado cual mapamundi su forma: Fiesta de la Raza Española, Fiesta de la Hispanidad, vuelta a la Raza, vuelta a la Hispanidad, Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad y desde 1987 y hasta hoy, simple y oficialmente, Día de la Fiesta Nacional de España.

Por supuesto, esto es a este lado del Mare Tenebrosum. Del lado del mundo antaño conquistado, en Chile se renombró a Día del Encuentro de los Dos Mundos, en Uruguay a Día de las Américas, en Argentina a Día del Respeto a la Diversidad Cultural, en Venezuela a Día de la Resistencia Indígena, al que se sumó Nicaragua (y el mismísimo Parlamento de Navarra en 2017); en Estados Unidos el segundo lunes de mes es Columbus Day y en contrapunto, Bolivia declaró al 12 de octubre como Día de la Descolonización.

Si cuesta saber qué celebramos, más dudo que muchos acierten siquiera a decir cuál es el lema de nuestro país. Es fácil identificar un In God we trust o Liberté, Égalité, Fraternité, pero ¿sabrán que el lema de España es Plus Ultra? Desde 1516 en que Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, renombrara aquel Non Plus Ultra de Hércules para alentar a los navegantes españoles a continuar explorando. Sin límites.

Tan solo tres años después tuvimos el mayor de los ejemplos. Fernando de Magallanes acompañado de 264 hombres y cinco barcos se dispuso, nuevamente, a alcanzar oriente navegando hacia occidente, buscando una ruta al oeste que llevara a la isla de las especias, las Molucas. No lo logró. Tras 20 meses de epopeya, la expedición de Magallanes arriba a Cebú en abril de 2021, donde pierde la vida en una batalla de 60 marinos contra 1.500 indígenas. Le releva en la nao Victoria Juan Sebastián Elcano recién nombrado capitán que decide intentar lo nunca hecho: continuar. Plus ultra. Y así, solo con la fuerza del viento y unos rudimentarios instrumentos náuticos, a bordo de «un cascarón semihundido arribaba a costa de Barrameda y no es de extrañar que los mirasen como a fantasmas». Tras 1.125 días de viaje, tan solo restan 18 hombres famélicos. Han logrado la proeza de enfrentar los límites de lo desconocido y ser los primeros en dar la vuelta al mundo.

Lo narra el propio Elcano en la exposición 'Fuimos los primeros' con la que el Museo Naval rinde homenaje a una expedición española que en 1519, hace 500 años, cambió para siempre nuestra forma de ver el mundo:

«Pero si realmente quieren saber por qué continuamos el viaje, por qué decidimos yendo por occidente, regresar por oriente, no tendrán más que conocer el lema de nuestro buen emperador Carlos: Plus ultra, Más allá. Habíamos llegado demasiado lejos para dar media vuelta. Tres años y decenas de miles de leguas recorridas. Fuimos los primeros y nunca nadie ha vuelto a repetir una hazaña como aquella».

@otropostdata