Una de las herramientas, entre otras, que son necesarias para mitigar los efectos del cambio climático es la alimentación. La emisión de gases de efecto invernadero se 'ha colado en nuestras cocinas' y es que las fases en la preparación de alimentos también cuentan con liberación de ciertos gases contaminantes. Producción, almacenamiento, elaboración, transporte y preparación son algunas de las etapas por las que pasan los alimentos hasta ser ingeridos, todas ellas generan una dispersión de gases contaminantes que contribuyen a afianzar el calentamiento del planeta.

Son cada vez más, por suerte, las voces que se alzan pidiendo un cambio en los hábitos de consumo, pero, parece que algunas instituciones o bien, intentan medidas rápidas con contenido mediático y sin ningún aporte de fondo o, impulsan medidas que luego no desarrollan, lo que viene a ser lo mismo: nula eficiencia. El cambio climático se ha consolidado como la principal preocupación mundial (Pew Research Center, 2019) señalándolo, además, como la principal amenaza mundial. Hace unos días presenciábamos, atónitos, cómo la situación en Groenlandia se situaba en el foco de atención internacional (La Vaguardia, 2019), debido a que las consecuencias que se derivaran de tal situación son para muchos incuantificables.

En las Pitiusas debemos ponernos manos a la obra, no es suficiente con el impulso ciudadano que es notorio a la vista tanto de encuestas como de las medidas de sensibilización que llevan a cabo ONGs de nuestras islas. Fomentar entre los más pequeños un cambio de estilo en el consumo de alimentos, implantar medidas en colegios, planes de educación ambiental donde se instaure una verdadera conciencia ambiental sobre la grave situación a la que nos enfrentamos, pueden ser algunos de los ejemplos a tener en cuenta. Para algun@, sonará algo catastrófico y pueden pensar que no va con ellos, pero se equivocan, durante años se han desconocido los efectos y consecuencias que algunas actividades humanas podían generar sobre ecosistemas y, desde hace algún tiempo -por suerte- la ciencia viene indicándonos el camino a seguir, ahora, ya se vienen notando los efectos y consecuencias de no seguir esa 'senda'.

Las fuertes variaciones de temperaturas que se están registrando, el aumento de las mismas en ciertos países y los cambios ambientales en general, van a dar lugar a una serie de cambios sociológicos que también tendrán un impacto directo sobre nuestra isla. Los impactos ambientales van a derivar en consecuencias de ámbito social por lo que debemos ponernos de forma urgente con ello.

En tiempos de emergencia climática son necesarias medidas tanto a nivel local como global, por ello, es de extrañar que algunas instituciones parece que no se toman todo lo serio que deberían este tipo de problemas. El cambio en los hábitos de consumo es uno de los principales problemas a tener en cuenta, al ir ligado con la fuerte dependencia que tenemos hacia el carbono. Para algun@s el concepto de huella de carbono en la comida puede ser desconocido, pero, en un territorio donde casi un tercio de las emisiones se relacionan con la alimentación debemos de ser conscientes del impacto que tiene lo que comemos. Con una dieta sostenible podemos reducir nuestro impacto sobre los recursos del planeta y las Pitiusas no pueden quedarse atrás, fomentar el consumo de productos locales y de temporada es una medida que puede ayudar y mucho.

Cuatro 'pequeñas' medidas en nuestros hábitos de consumo pueden aportar mucho en la mitigación de los efectos del cambio climático: reducir la ingesta de productos animales (la huella de carbono de estos es mucho mayor que otros de origen vegetal); aumentar el consumo de productos locales y de temporada (son los que requieren menor aporte de energía y reducen el consumo de combustible relacionado con el transporte del producto); reducir el despilfarro de alimentos (la cantidad de alimentos que se desperdician debe ser reducida); por último, fomentar e impulsar el reciclado de la basura orgánica, una tarea que deben garantizar las diferentes administraciones públicas y, teniendo en cuenta donde nos ubicamos, urge implantar medidas como esta, donde la reutilización de los desechos orgánicos puede tener un efecto importante. La ciudadanía, como suele ser habitual, responde ante la grave situación, falta ver si las medidas que se tomen por nuestros gobernantes están a la altura.

@estebanmorelle