El nuevo mandato que arranca en las instituciones pitiusas está marcado por el cambio de gobierno en el Consell de Ibiza y el Ayuntamiento de Sant Antoni, instituciones que recupera el PP gracias a pactos con Ciudadanos y con Proposta per Eivissa. Por primera vez, el PP ha necesitado pactar el gobierno del Consell con otro partido para lograr la mayoría absoluta, que solo había perdido ante la unión de la izquierda, tanto en la etapa anterior a la creación del Consell de Formentera en 2007 como en la posterior. La irrupción de Ciudadanos, cuyo único conseller es clave para gobernar la máxima institución ibicenca, es otra novedad que nos ha traído el 26M, lo que implica la necesidad de dialogar y llegar a acuerdos para mantener la cohesión del equipo de gobierno durante los próximos cuatro años.

El futuro presidente del Consell, Vicent Marí, tiene el reto de traducir en hechos lo que hasta ahora han sido promesas y declaraciones de intenciones. Marí ha sido alcalde de Santa Eulària durante 12 años, periodo en el que ha dedicado duras críticas al papel del Consell por sus trabas y su falta de apoyo a los ayuntamientos. Ahora está al otro lado, y tendrá la oportunidad de mejorar esta cooperación y hacer del Consell lo que reclamaba cuando era alcalde o, por el contrario, convertirse en el blanco de las críticas de quienes tengan a su cargo la gestión municipal.

El reto de la ordenación del territorio de la isla, en el que la polémica está servida por el choque de intereses que representa señalar dónde y cómo se puede construir, será uno de los más importantes que tenga que afrontar el nuevo equipo de gobierno, que debería actuar con el consenso que reclamaba hasta ahora, visión global y a largo plazo, antes de ceder a la tentación de tomar medidas liberalizadoras que contenten a una parte de la población de forma inmediata pero que pueden hipotecar a la isla para el futuro. La preservación del medio ambiente y de los recursos naturales no debe ser ya patrimonio exclusivo de los grupos ecologistas: debería guiar la acción de cualquier gobierno, al margen de su ideología política.

Los alcaldes de Santa Eulària y Sant Joan, Carmen Ferrer y Antoni Marí, respectivamente, tendrán un mandato sin sustos, pues se apoyan en amplias mayorías absolutas, tal y como es habitual en estos feudos del PP. De hecho, la primera alcaldesa de la historia de Santa Eulària ha logrado el hito de ampliar la mayoría de Vicent Marí; tanto ella como Marí, Carraca, han conseguido un concejal más que en 2015.

El PSOE conserva los ayuntamientos de Ibiza y Sant Josep, donde ha cerrado pactos de gobierno con Unidas Podemos sin mucha complicación, pese a que el cabeza de lista de esta formación en Vila, Aitor Morrás, se destacó durante la campaña por sus críticas hacia proyectos estrella del equipo de Rafa Ruiz, como el nuevo centro de acogida municipal que se construirá en el antiguo retén de la Policía Local o la Casa de la Música. Parece que no han sido óbice para cerrar el acuerdo, según el cual Morrás será segundo teniente de alcalde.

Finalmente, y en este caso con bastantes más dificultades, GxF y el PSOE han conseguido llegar a un acuerdo de gobierno en Formentera, pese a la presión de la formación conservadora Sa Unió, que llegó a ofrecer gratis su voto a la candidata socialista con tal de desbancar a Gent per Formentera. Esta estrategia, que pretendía crear más grietas entre los partidos progresistas, ha logrado el efecto contrario, acercarlos.

DIARIO de IBIZA