La inclusión de la calificación de los beach clubs o clubs de playa en la clasificación de actividades de la ley turística del 21de julio de2012, en su desarrollo y regulación, ha creado una desestabilización general del mercado turístico en la isla, como consecuencia de la inseguridad jurídica que se ha producido, generando una polarización de actuaciones que han producido un conflicto y enfrentamiento entre ocio diurno y nocturno, con una regulación de horarios que enlaza el primero con el segundo «nonstop», enlazando el día con la noche, sin una franja horaria que sirva de protección y separación entre ambas actividades. Además en cada municipio se aplican leyes y normas comunes, pero en sentido contrapuesto; la misma normativa puede dar lugar a actividades legales y aceptadas en un ayuntamiento, mientras que otro vecino puede obstaculizar y denegar administrativamente esas mismas actividades. Este hecho da lugar a una competencia desleal, agravios comparativos y una absoluta inseguridad jurídica para el ciudadano. No hay siquiera una oportunidad para que sectores de bares, restaurantes, etc, tengan opción a realizarse profesionalmente.

El 'ocio diurno' obtiene una ventaja ilimitada comparativamente con el 'nocturno', pues se actúa en el exterior, al aire libre y siempre con la música como soporte de la actividad, pero generando una extravagante contaminación acústica, insoportable. A ello hay que añadir que a estos eventos se les ha investido de 'aromas de lujo', con unos precios y modos que han repercutido negativamente en la economía de la isla. Sencillamente es un proyecto fracasado porque es insostenible. La isla no puede resistir esta presión medioambiental acústica sobre la costa y las playas.

La isla aparece tapizada de vallas publicitarias que invitan a frecuentar estos eventos, pero sin distinguir si es una fiesta de día o de noche. Es la fiesta, toda la isla rezuma fiesta a todas horas, y estas vallas distorsionan de tal manera que desde el aeropuerto a la ciudad no aparece un paisaje limpio que se ofrezca al que llega a la isla una imagen limpia y plácida de la isla.

El 'ocio' es un concepto que se utiliza para clasificar un tipo de turismo, pero que mal utilizado puede ser y resultar excluyente; el concepto IbizaOcio ha resultado ser un obstáculo para el turismo familiar y también cultural.

Los lobbys y sus estudios económicos no son el mejor instrumento para medir y conocer cómo planificar y regular las actividades públicas y en ningún caso ni circunstancia pueden guiar ni decidir la regulación de la actividad económica.

La política turística es, en buena parte, política de regulación. Y el gobierno ha de atender a los criterios de interés general. Criterios sociales, económicos, urbanísticos y ambientales que defienden el interés la ciudadanía en su conjunto.

Ante los difíciles momentos que se están produciendo en Ibiza, con un conflicto de intereses evidente y la falta de seguridad jurídica, hace falta que urgentemente una nueva regulación de competencias y de horarios que distancien las actividades que pertenecen al ocio de día de las que corresponden al ocio nocturno, garanticen el trabajo de todos así como la paz social y que la música sea el elemento que armonice todas las actividades, sin olvidar que los músicos profesionales deben disponer de espacio y tiempo para poder ejercer un derecho a expresarse y difundir su profesión y su arte.