El Club Voleibol Eivissa necesita cantera. Hay que evitar que suceda lo de la semana pasada en la Copa del Rey, en la que en una situación emergencia, con cinco bajas en el equipo, la entidad no las pudo reponer con jugadores de su filial. O quizás no se quiso. Hay un equipo en la Primera balear pero sus integrantes no deben dar el nivel como para haber asistido, aunque fuera para ayudar al bloque entrenado por el italiano Piero Molducci, que disputó unos cuartos de final del torneo copero con siete jugadores. Lo que no parece normal es que después de siete temporadas con un club en la Superliga masculina el voleibol de base siga estando prácticamente desaparecido en las Pitiusas. Que el gancho del equipo de la máxima categoría no haya servido para despertar el interés entre los jugadores más jóvenes. Evidentemente, para recoger hay que sembrar. A pesar de las dificultades que hay para crear una estructura de cantera estable y sólida, porque muchos de los chicos y chicas se acaban marchando fuera a estudiar y se rompe la cadena, parece que no se ha cuidado lo suficiente este aspecto. Esta temporada se han dado pasos para que el voleibol local crezca y varíe esta situación. Se empiezan a ver algunos cambios, como la puesta en marcha de diferentes núcleos formativos y de competiciones escolares. También se ha creado la Segunda insular y la Peña Deportiva ha creado su sección de voleibol. Son buenas noticias y es para alegrarse, pero se necesita más. Está muy bien que tengamos voleibol de Superliga, pero creo que se debería mirar más allá. Ya hemos vivido casos en el pasado y no acabaron bien las cosas.