Así es como ando.

En mi maleta guardo 31 años de experiencia en diferentes ámbitos socioeducativos.

Empecé en esto de educar a otros cuando aún mis padres andaban educándome a mí. ¡Ni siquiera había terminado de formarme!... aunque bien pensado, una nunca acaba de formarse.

A lo largo de estos años he ido recogiendo muchos conocimientos, algunos muy interesantes y otros muchos no tanto.

Comienzo una faceta completamente nueva para mí (¡sed benevolentes con esta novata!) y lo hago con cierto vértigo y sobre todo con mucha prudencia.

De eso va este espacio, de cosas que me han servido y que creo que pueden ser útiles a otros.

A lo largo de mi vida profesional he estado en contacto con muchísimas familias y de ellas he recogido una colección de aprendizajes vitales, muchos de los cuales no los encontré en los libros. Estas experiencias son las que explican la persona, la madre y la profesional que hoy soy.

Y como es de bien nacidas ser agradecidas, en este espacio empiezo a devolver algunas de esas certezas en las que me sustento.

Construir una familia es fascinante, tanto que somos muchos los que nos ponemos a ello... Pero construir una familia que cumpla bien con sus funciones, eso es harina de otro costal.

Creo que es el proyecto más complejo al que los seres humanos nos enfrentamos.

Y es que de todas las facetas de nuestra vida, es en esta en la que no queremos fracasar.

Los que pensamos así sabemos que el valor de las familias es brutal.

La familia nos define, nos da forma, nos explica.

La familia nos enseña a entender el mundo y nos fortalece para hacernos un hueco en él.

La familia nos ayuda a sentirnos bien en nuestro propio pellejo, aceptando quienes somos, provocando que nos conozcamos a nosotros mismos y motivándonos a construirnos.

La familia nos dirige la mirada al mundo para que encontremos oportunidades y desafíos y no nos quedemos parados ante los inconvenientes y las dificultades.

La familia nos empuja. A algunos les da alas y a otros los lastra de por vida.

Las mejores soluciones siempre están dentro de la familia, pero del mismo modo los grandes problemas también.

Sobre todas estas cuestiones iremos hablando de vez en cuando, no porque crea que tengo algo que enseñar, sino más bien porque creo que hay cosas que me gustaría compartir.

Pongo el foco en las familias porque creo que es donde todo se fragua. Familias que funcionan construyen escuelas que funcionan, y escuelas que funcionan construyen una sociedad más armónica, más justa, con más y mejor futuro.

Y a todas estas cosas son a las que siempre ando dándole vueltas?