Las fuerzas políticas que forman la mayoría del Parlament han presentado una proposición de ley para garantizar la gratuidad de los aparcamientos en los hospitales públicos de Balears, una norma que sólo afectará a Can Misses y Son Espases, construidos ambos mediante un sistema de concesión de obra pública que deja en manos de las empresas concesionarias la explotación de los servicios no sanitarios. Para ganar tiempo, y dado que este asunto suscita un consenso unánime en la Cámara, el propósito inicial del bloque progresista era colar esta disposición como enmienda a una ley que no tenía nada que ver pero estaba a punto de ser aprobada, la de seguridad laboral; sin embargo, una pataleta de Més per Menorca frustró esa vía y ha obligado a iniciar el trámite de una proposición de ley, que no podrá estar aprobada hasta el otoño.

La tarifa de 2,10 euros la hora (y un máximo de 12 euros diarios) por aparcar en el hospital de Can Misses, fijada según las condiciones pactadas en la concesión en 2009, es abusiva y un verdadero escándalo que el equipo del conseller socialista Vicenç Thomàs aceptó sin rechistar y que después el Govern popular de Bauzá ya no supo, no pudo o no quiso enmendar. Este precio desmesurado, que casi duplica el de Son Espases, ha mantenido el aparcamiento prácticamente desierto desde que abrió y ha provocado multitud de quejas por parte de los usuarios, las instituciones y los partidos políticos de Ibiza, que llevan años reivindicando una rebaja sustancial de la tarifa o la gratuidad del aparcamiento. Hace apenas tres meses, la comisión de Salud del Parlament balear ya aprobó por unanimidad exigir al Govern que sea gratuito antes de que finalice el presente año. Así que bienvenida sea la iniciativa del Govern.

Un hospital no es un lugar de ocio, a él se acude por necesidad; su aparcamiento tampoco es una opción caprichosa que uno elige porque quiere mayor comodidad y está dispuesto a pagar por ella, sino un recurso casi obligatorio, la única alternativa posible en muchos casos para los pacientes y sus familiares, así que de ninguna manera debe suponer una gravosa penalización económica para ellos.

Hacer efectiva la gratuidad del parking para los usuarios tendrá para el Govern un coste elevado, que en cualquier caso vale la pena asumir. Como es lógico, deberá compensar a la concesionaria por los desembolsos que efectuó para construirlo y ponerlo en servicio, pero otra cosa es que deba resarcir a la empresa por la expectativa de negocio que no haya visto cumplida y que difícilmente hubiera podido alcanzar, a juzgar por la mínima ocupación que tenía. La conselleria de Salud tendrá que negociar ahora con la habilidad que le faltó en 2009 -cuando dio por buenos unos precios inaceptables- y lograr un acuerdo ventajoso que minimice la factura del rescate de la concesión.

Una vez que el aparcamiento pase a depender del Ib-Salut, seguirá teniendo un coste (limpieza, mantenimiento, seguridad?), aunque después lo paguemos todos los ciudadanos a través de los presupuestos del organismo. Lo que se destine a esa finalidad tendrá que detraerse de otras necesidades tanto o más importantes, así que tal vez la gratuidad total del aparcamiento de los hospitales públicos, que se va a consagrar por ley, no sea la panacea y necesite algunas medidas complementarias para garantizar que los usuarios del hospital se benefician de ella, pero también que no se llena de vehículos de residentes en la zona o de turistas, como si fuera un aparcamiento disuasorio más de la ciudad. Quizá podría admitir incluso un doble uso: gratuito para pacientes y allegados (mediante un sistema de tarjetas como las que usan algunos comercios en grandes ciudades para que el estacionamiento no sea un obstáculo para sus clientes) y con una tarifa ajustada para el resto de usuarios para generar unos ingresos que ayudaran a pagar su mantenimiento y hacerlo menos gravoso para las arcas públicas.

En cualquier caso, habrá que congratularse de que el Govern ponga fin a una situación abusiva, discriminatoria e injusta como la que han padecido los usuarios del nuevo hospital Can Misses desde que abrió.