Por amor al arte

Durante todos estos años y desde una posición independiente, Rosa Queralt ha ido arrojando sabiduría, inteligencia y mucha bondad en todos los asuntos ligados a la programación del museo y a sus necesidades de incremento de las colecciones.

Profunda y directa conocedora de todo lo ibicenco, sabía colocarlo en el contexto más amplio y por eso opinaba que todo intento de reduccionismo solo podía traer el empobrecimiento de la institución. Así, ella creía en el arte en términos absolutos sin que ningún tipo de localismo sirviera para intentar colocar escalas de valores que sólo obedecieran a intereses particulares.

En mis tiempos de universidad, la bibliografía sobre arte contemporáneo incluía el estudio de textos críticos y ensayos, estando los de Rosa Queralt entre los más independientes y lúcidos, por eso cuando obtuve la plaza de directora del MACE la busqué y quise que ejerciera de consejera en la Comisión de Expertos del Patronato. Rosa aceptó y se convirtió en una referencia obligada para todas cuantas tareas emprendíamos, pues la arquitectura teórica sobre la que el MACE tuvo que cimentarse a partir de 1990 requería tesón, pero también generosidad, amplitud de miras e imaginación, sobre todo después de los años de inacción y suspensión de funcionamiento.

Rosa Queralt me aconsejó siempre tener la experiencia directa del arte; con la obra de arte, a no hablar nunca de nada que no hubiera vivido, instándome a profundizar siempre en las expresiones que emanan de las obras de arte, mirando con ojos penetrantes y siempre limpios, confiando en las apreciaciones de mi propia sensibilidad.

Rosa Queralt aportó siempre ideas cabales, consciente de las posibilidades reales que nos marcaba el presupuesto, propuso proyectos realizables y comisarió algunos como 'Instal.lacions Descontaminants', con Miquel Navarro, Soledad Sevilla y Antonio Sosa, en 1994, de cuyo catálogo extraigo este párrafo suyo: «Para estos artistas, el arte es una especie de arma que pretende emancipar la conciencia de los hábitos de la receptividad exánime y estática presentando referencias que estimulen experiencias más cercanas, más inmediatas e intensas, que permitan afrontar la obra con un criterio más conceptual, pero a la vez lúdico y sensual. ¿No es también el arte 'un estado del cuerpo'?»

Sin duda Rosa Queralt hizo suyo el dicho «por amor al arte» porque si algo amó además de a su familia y amigos fue eso: el arte.

Su última colaboración con el MACE fue la residencia de investigación patrocinada por el Institut de Estudis Baleàrics, sobre Carl van der Voort, al que el MACE debe tanto.

Todas las personas que trabajamos en el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa, así como Amics MACE nos unimos al dolor de su familia y lamentamos profundamente que nos haya dejado. Nunca la olvidaremos y trabajaremos como ella «por amor al arte» siempre.