El fútbol tiene desde hace tiempo un problema endémico, muy grave, que es el de la violencia en los campos. Por muchas acciones que llevan a cabo los diferentes estamentos implicados en este deporte, parece imposible erradicar los comportamientos violentos en los estadios. Principalmente es una cuestión de cultura deportiva, algo de lo que falta mucho en un deporte al que, en los últimos tiempos, se suma una lacra más: el amaño de los partidos unido al negocio fraudulento de las apuestas ilegales por internet. Estoy convencido de que lo de ´arreglar´ encuentros ha existido siempre, desde que en el fútbol empezó a entrar el dinero, ese bien que lo corrompe todo. Pero la eclosión de las casas de apuestas por internet ha sido el cebo perfecto para las mafias, para aquellos a los que no les importa adulterar la competición por embolsarse unos miles de euros. Unos más y otro menos. Es muy triste que profesionales del fútbol, como Jonan García, el que fuera jugador de la desaparecida SE Eivissa-Ibiza y que jugó en Primera con el Athletic Club, decidan amañar partidos. Hasta el punto de que la policía lo detenga como presunto cabecilla de una trama de apuestas ilegales. ¿Cómo se puede hacer tanto daño a un deporte al que supuestamente amaba? No se puede generalizar, pero a ver si va a ser verdad esa frase que dice que ´el fútbol es un deporte de caballeros jugado por villanos´. O por tramposos.