Hasta los empresarios del Fomento del Turismo consideran necesario reducir la entrada de coches en la isla: sus quejas por la masificación estival se confunden con las de los ecologistas. Ya no es cuestión de sensibilidad medioambiental. Cualquiera capaz de observar a su alrededor llega a las mismas conclusiones, al margen de su ideología o de la posición social que ocupa. La isla no da más de sí. Una encuesta realizada entre los socios del Fomento revela que casi la mitad consideran que la saturación y el colapso de las infraestructuras son las principales amenazas para el turismo de Ibiza en los próximos años. El éxito de Ibiza es la principal amenaza para Ibiza. Y eso los empresarios, que en principio no son un sector sospechoso de querer poner puertas al campo o de restringir el número de visitantes por las buenas, lo han visto muy claramente. Esa masificación está ligada a la oferta ilegal, empresas pirata que ya son casi tantas como las legales, según calcula el Fomento, cuyos responsables critican la falta de control por parte de las administraciones. El presidente, Lucas Prats, sostiene que es necesario que los muchos beneficios del turismo reviertan en mejoras en servicios, medio ambiente y calidad de vida para los residentes. Todo lo contrario a lo que ocurre en realidad.