El miércoles 31 de julio asistí, en el Club Diario de Ibiza, a la presentación de un libro de fotografías de sargantanes: ´The Symbol´. Magníficas fotografías, por cierto; realmente impresionantes. Merecen todas las felicitaciones. Pero me quedé sorprendida por el texto. Primero por el tufillo de ´pionero que pisa tierra virgen´ que emana desde su introducción, como si los nativos no tuviéramos ni idea del gran valor científico, ecológico, evolutivo, faunístico de nuestra lagartija.

Desde los famosos alemanes de principios del siglo XX ha habido muchos naturalistas (autóctonos y foráneos) que han realizado magníficos trabajos sobre los islotes y sobre las lagartijas, totalmente ninguneados bajo el eufemismo ´los científicos dicen´. Estos detalles se les puede perdonar a los fotógrafos Dappen y Losin, pero no al doctor Pérez-Mellado, puesto que ha estado en los foros científicos de los últimos 30 años.

Además formó parte del tribunal que valoró mi tesis doctoral en 1987 (´Revisión taxonómica del lacértido Podarcis pityusensis´), y al leer el texto de ´The Symbol´, tuve que repasarla, puesto que en la interpretación biológica del color corporal de las lagartijas expuesto en The Symbol, y en cómo varía el color según varían los parámetros ecológicos (especialmente en Formentera), me pareció leer un remake de lo que tantas veces he expuesto en textos científicos y divulgativos. Al parecer desconocidos por Dappen-Losin-Pérez-Mellado (¿?).

La segunda sorpresa son los desatinos conceptuales sobre ecología insular. Se confunden las islas de nueva formación como las del Caribe (léanse los trabajos de M.L.Gorman), con fragmentos de placa tectónica como las islas mediterráneas (repasen la tectónica de placas del orógeno bético-balear, con las recientes aportaciones de E.Roca, y la geología de Ibiza de Rangheard). La fauna de las Pitiüses no llegó, ya estaba aquí de siempre. Tanto las lagartijas, como los caracoles y los escarabajos con maravillosos ejemplos de radiación evolutiva en el conjunto de islotes.

La famosa crisis messiniense no dejó un desierto de sal (¿confusión con Salt Lake?), sino que las tierras emergidas sustentaban ecosistemas terrestres similares a los que actualmente hallamos en las tierras emergidas, no eran una especie de estanque de ses Salines en el mes de julio, sino matorral xerófito, bosque mediterráneo, rocalla, arenales, campos con gramíneas. Nada que ver con la imagen de una lagartija cruzando un desierto salino. Por último déjenme apuntar un detalle simbólico. ¿Por qué todos los souvenirs ibicencos llevan lagartijas desde hace unos 20 años, y antes eran payesas y casitas blancas? Porque estas islas hirvieron en actividad artística desde los años 60 a los 80.

Muchos artistas plásticos ubicados en Eivissa y Formentera emplearon la silueta de lagartija a modo de seña identificativa de sus obras: Gabrielet siempre incluye una lagartija o una tortuga en algún rincón de sus cuadros; Majoral diseñó magníficas joyas con la silueta de una lagartija; los cuadros naïf de Jussara no se identificarían como tales sin sus payesas y lagartijas. Y un largo etcétera.

Como souvenir The Symbol está muy bien, pero en Ibiza también se venden pareos con gecos de Bali que cuelan como lagartijas de Formentera.

Disculpen si no escribo en la lengua propia de las Pitiüses, pero es que si no, no se enteran.