Un legado envenenado (Miguel Ángel GONZÁLEZ)

No salgo de mi asombro. Comentábamos hace sólo unos días el desaguisado que se nos viene encima en el municipio de Sant Joan con construcciones en calas, acantilados y bosques, cuando sabemos por la conselleria de Urbanismo del Consell Insular que la urbanización de ses Roques Males, en Comte, no podrá evitarse. Los técnicos del Consell reconocen que el proyecto es una salvajada, pero advierten de que, lamentándolo mucho, no se dan las condiciones legales que, en su caso, permitirían la paralización de las obras. Y la conclusión a la que uno llega es que, como en el caso de Benirràs, también en Comte nos cambiará el paisaje para mal y de forma irreversible.

Pero no acaba aquí la cosa. Porque también el concejal de Urbanismo de Sant Josep nos advierte de que, muy posiblemente, tampoco podrá abortarse la urbanización de más de 180 vivendas prevista en Cala Tarida, donde ya se está deforestando el terreno a toda prisa. Llueve, por tanto, sobre mojado. Y lo peor es que el desastre puede ir a más. Porque el suelo urbanizable, sólo en Cala Tarida, alcanza los 300.000 metros cuadrados, incluyendo zonas boscosas. Y la resultante de la babel que tenemos montada es que si sumamos únicamente estos tres proyectos de Benirràs, Cala Tarida y Comte -hay otros- nos encontramos con una situación aberrante en la que, de hoy para mañana, aparecerán en la isla tres nuevos pueblos. Y no pequeños. Excuso decir que serán, como suelen, pueblos fantasmas que nos darán más de lo mismo: deshabitación en invierno y masificación en verano. Pero lo peor es el destrozo del territorio. Visto lo visto, no está de más subrayar que se trata de una herencia envenenada. La que nos ha dejado, con una pésima gestión, el Partido Popular: las arcas vacías, una hipoteca monumental y un territorio maltratado con un interminable rosario de despropósitos que demuestran hasta qué punto les puede la especulación.

Es evidente que algunos confunden la isla con una mina que conviene explotar mientras quede en ella algo de valor. Lamentable.