Opinión

Las `bromas´ de Miquel Ramon (Tomás SUÁREZ RIERA / Sant Joan)

Recientemente, en el municipio madrileño de Parla, la Junta Electoral ha denunciado al alcalde por presunto delito electoral al haber utilizado el megáfono de un vehículo policial en un mitin, y ahora se enfrenta a una posible sanciónde arresto mayor o multa de hasta 1.800 euros.

Del conseller Miguel Ramón ya conocíamos su cargo y su declaración de incompetencia en los temas de deslinde marítimo (ratificado en escrito del Departamento de Relaciones Institucionales del Consell Insular de Ibiza); también supimos de su celo en cuanto a situaciones que considera de deslealtad por quien, en ejercicio legítimo de su cargo, otorga licencias urbanísticas. No conocíamos, al menos yo, su desamor por los mítines, buñuelos y sus promesas difíciles de cumplir; tampoco su afición a introducir bromas, utilizando medios institucionales, en convocatorias de reuniones de trabajo que deberían revestir un mínimo de seriedad. Miguel Ramón sabe ser y ha logrado su objetivo de ocupar una conselleria en el gobierno insular, ahora falta demostrar que sabe estar... a la altura de las circunstancias que el cargo requiere y conocer la dimensión, sobre todo durante el proceso electoral, de actos cometidos en el ejercicio de sus funciones publicas.

Las acciones contra este tipo de conductas son publicas y se pueden ejercitar sin necesidad de depósito o fianza alguna, en consecuencia perseguibles de oficio, y no nos deben preocupar ya que existen responsables tanto de este ejercicio como de dirimir si se trata de conducta delictiva. Tema aparte es la estulticia.

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