¡Claro que la política interesa (Fermín BOCOS)

Una idea mil veces repetida acaba por imponerse. Sería el caso del muy extendido tópico según el cual, en la televisión, los debates sobre cuestiones políticas no interesan a nadie. De semejante sandez, cuya fecha de nacimiento habría que fijar en las postrimerías de los ochenta, viene la sequía que hemos padecido estos años. Salvo honrosas excepciones, programas emitidos por televisiones autonómicas, el resto de los responsables de los canales de televisión, llevaban años ignorando este tipo de información. Porque ésa es una parte de la esencia de los debates; la otra sería su componente agónica (en el sentido griego del término), emparentada con el teatro y su registro de espectáculo.

Hace quince años que Felipe González y José María Aznar protagonizaron el último debate electoral que recordamos. Desde entonces no hemos vuelto a tener en pantalla un `duelo en la cumbre´ entre quien lucha para conservar el poder y quien trata de hacerse con las llaves de La Moncloa. Los dirigentes políticos tienen una porción de responsabilidad a la hora de señalar a quienes se han negado a debatir, pero puestos a señalar habría que incluir en el mismo saco a los directivos de los canales, gentes que viven angustiados con las audiencias; angustia que ha preñado de prevenciones a todos los programadores.

Hay varios millones de jóvenes en edad de votar que pasan de debates por la sencilla razón de que nadie los programaba. Hasta que ha llegado un canal -Antena 3- que ha madrugado a los demás y se ha llevado el premio: ¡más de 4,7 millones de espectadores tuvo el moderado duelo entre Solbes y Pizarro, con picos de hasta seis millones! Un record y una lección para quienes llevaban años diciendo que la política no interesa a nadie. Ahora se ha visto que era mentira. Es un motivo de alegría porque, entre otras cosas, demuestra que en nuestra sociedad hay más ciudadanos que borregos.