Opinión

En memoria de la doctora Fernández (Carmen RAMOS RIERA)

Hola compañera y amiga: acabo de enterarme por una llamada al Centro de Salud de que todo ha terminado. De que ya no hay más sufrimiento para ti. Ahora el dolor nos queda a todos nosotros por tu pérdida. He llamado a Alberto, tu cardiólogo, triste, muy triste, como Nacho, Conchita, Isabel, Cristina, como todos, cielo.

Te quiero escribir estas letras personalmente, para darte las gracias por tan buenos momentos, por las risas. Por tus sufrimientos compartidos conmigo. Por tu confianza. Por tu buen hacer en la medicina. Por haber cuidado de mi madre y de mi hermano. Por haber sido para mí como mi hermana en el Centro de Salud. Siempre recordaré nuestras confidencias a primera hora de la mañana en tu consulta; encerradas. Hablando bajito para que no nos oyera nadie. Lo recordaré todo de ti, Ana.

Descansa en paz doctora Ana María Fernández Gómez.

Tracking Pixel Contents