El legado de Marí Ribas (Miguel Ángel GONZÁLEZ)

Cada vez que por mediación del Consell o del Museo de Arte Contemporáneo se produce la feliz noticia de donaciones al común de la ciudadanía de algunas obras de Marí Ribas -la última se la tenemos que agradecer al magnífico gesto del señor García Ninet-, no dejo de acordarme de quien, en mi opinión, más ha hecho por dar a conocer el impagable legado del dibujante ibicenco. Me refiero a Daniel Giralt-Miracle, crítico de arte al que le debemos el mejor retrato que se ha hecho de Portmany, un afinado y completo estudio de su trabajo y un catálogo de más de mil obras. Giralt Miracle relaciona los cartones de Marí Ribas con los dibujos de Leonardo, Tintoretto, Van Dyck, Salvatore Rosa, Tièpolo y Goya. Y entre los modernos, subraya sus afinidades, entre otros, con Vedova, Pollock, Kooning, Gorky, Hartung y Saura. «Portmany -apunta Giralt-Miracle- tiende un puente entre el pasado y el futuro de las artes». Recojo estas rayas de uno de los mejores críticos de arte de nuestro país, porque a veces pienso que en Ibiza no hemos valorado suficientemente la obra de Portmany. Y lo hago, también, por motivos más concretos.

Por un lado, ahora que ya empezamos a tener un número significativo de obras de Marí Ribas en el MAC y en el Museo Puget, va siendo hora de que alguien afronte una segunda edición del estudio de Giralt-Miracle sobre Marí Ribas, trabajo que hace ahora 30 años publicó Polígrafa en una preciosa edición que hoy resulta inencontrable. Y quería recordar, por otro lado, algo que ya dije en su momento: el ofrecimiento que en su día y en la prensa hizo el propio Giralt-Miracle, en el sentido de que estaba dispuesto a ceder a Ibiza su colección de obras de Portmany -un centenar de dibujos-, siempre que fueran custodiados y expuestos con la dignidad que merecen. De aquella formidable oferta, como suele decirse, nunca más se supo. No sé si en algún momento se ha hecho alguna gestión para recuperar tan formidable legado y tampoco sé si aún estamos a tiempo de hacerla, pero valdría la pena intentarlo.