Opinión

Se esperaba (Andrés ORTÍZ AGUILERA)

Creo que era de esperar el retraso de un año en la venta de inmuebles en Baleares y en otros lugares. Todo el mundo sabe por qué se produjo la gran demanda. En el caso de Ibiza se ofertaba un clima excelente, unas playas de ensueño, unas calas paradisíacas, unas gentes sencillas, unas carreteras tortuosas pero que nos llevaban a todas partes. ¿Y hoy qué tenemos que ofertar? Unas carreteras que nos hacen llegar unos minutos antes y unos cuantos más accidentes de carretera, una autovía que desde su comienzo hasta el final arrasó cuanto pudo, unos cuantos de miles de pinos menos, unos cuantos de miles de sabinas que en paz descansan, cientos de apartamentos mal hechos y en el sitio que no debían, una tranquilidad que se mandó al carajo, muchas cosas autóctonas que se han perdido, una masificacion en todos los niveles y, en resumen, la pérdida de valores naturales por los que medio mundo nos visitó.

Hoy seguramente se estarán lamentando los que hicieron posible este desbarajuste y que se enriquecieron por ello. Seguramente que esta situación actual tambien sea la ruina económica de muchos que no pensaron que mataban la gallina de los huevos de oro.

Hablo desde la perpectiva de haber tenido el privilegio de haber vivido en Ibiza desde 1962 hasta 1972. Me siento un privilegiado por ello y por haber contado con amigos de la calidad humana de Juan Tur Ramis. Por tanto, sé lo que fue Ibiza y lo que hoy es, sé lo que había y por tanto lo que se ha perdido. No quiero con esto desanimar a nadie a que venga a Ibiza, lo que sí deseo y pido es que la conciencia de los ibicencos, y de otros que no lo son, se dé cuenta de lo que se ha perdido y si es posible se salve algo de lo que queda.

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