El cambio se agradece (Miguel Ángel GONZÁLEZ)

El cambio es el que ha dado, para bien, el Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia. Podemos felicitarles, felicitarnos y esperar que sirva de ejemplo para los demás municipios de la isla. Por una vez, podemos dejar de lado las críticas y aplaudir una gestión que se nos promete eficaz. Han sido suficientes seis meses para tener sobre la mesa un ambicioso plan de ordenamiento, regeneración y protección del territorio, en el que se establecen las bases para atajar el desmadre y se ponen los puntos sobre las íes.

Las nuevas Normas Subsidiarias del municipio josepí ya tienen la aprobación inicial del pleno y se nos abre un panorama que hasta no hace mucho resultaba inimaginable. Si el mangoneo del anterior equipo de gobierno nos avergonzaba, la gestión del actual Consistorio nos saca del desencanto y nos permite levantar la cabeza. ¿Hacemos recuento? Se descartan, por innecesarios, los campos de golf, los puertos deportivos y los campings. Se limita el suelo urbanizable y se suprime en zonas no consolidadas, concentrándose el crecimiento urbanístico en sólo cuatro puntos: Sant Jordi, Cala de Bou, Port des Torrent y Sant Josep. Es Cubells será zona protegida, se ordena el sector de Cala Vedella, se plantea la creación de suelo para espacios libres y equipamientos, así como la regeneración de zonas degradadas, se definen las características arquitectónicas de nuevos edificios que deberán dotarse de cisternas, se prohíbe la publicidad en suelo rústico, se preservan los elementos etnológicos, se prohíbe sustituir los muros de piedra seca por otros materiales, se amplia la moratoria urbanística hasta que no entren en vigor las nuevas normas y se aprueba un exhaustivo catálogo de patrimonio que incluye casas, pozos, fuentes, aljibes, molinos, torres prediales, etc., además de 103 yacimientos arqueológicos. Y cambian las formas: se reconoce el irreparable y envenenado legado del PP y se ofrece la máxima información y transparencia a los ciudadanos a los que se pide aportaciones y sugerencias que, si son positivas, se incluirán en las Nuevas Normas. Sólo cabe esperar que el nuevo equipo no baje la guardia y que de los papeles y los dichos pasemos a los hechos. ¡Para quitarse el sombrero!