Dientes (Rafael TORRES)

Cuando Isabel Pantoja y Julián Muñoz paseaban su amor por las calles de Marbella, en versión rústica de lo de Bruni y Sarkozy por Petra, la tonadillera le musitaba a su galán: «Dientes. Dientes. Que es lo que les fastidia», en alusión a los paparazzis y a la sonrisa dental que, al parecer, convenía forzar ante su acoso. Isabel y Julián, en consecuencia, les mostraban los dientes en una mueca vagamente feliz, pero si pudieron hacer aquello que quedaría inscrito en los inquietantes y absurdos anales de la pareja en su relación con el mundo, fue gracias a que nunca resignaron la salud de su boca en la Seguridad Social, esto es, a que tenían, más feos o más bonitos, dientes. Y para que todo el mundo, llegado el caso, pueda enseñar los dientes en sentido intrínseco, el Partido Popular ha prometido que dentro de ocho años se los podrán arreglar en el Seguro.

Dejando a un lado el hecho de que el Sumo Hacedor no anduvo muy fino al crear los dientes humanos, bien por desgana o por no haber previsto el actual alargamiento de la vida hasta los 80 años (los dientes están ideados para durar unos 50), lo cierto es que la Administración, primero la franquista y luego la democrática, determinó siempre que la salud bucodenteal de los españoles les importaba un carajo, pero no se limitó a considerar que las muelas dolían, las encías supuraban o los dientes se torcían por vicio, sino que, en castigo, practicaba, y aún sigue practicando, extracciones, sólo extracciones, condenando así al paciente a un futuro desdentado, y al dentista a un futuro mollar, próspero y feliz.

Menos mal que el PP, muchos de cuyos elementos más conspicuos lucen una sonrisa cinematográfica, va a acabar con ese sindiós dentro de ocho años, osea, para que le voten esta vez y la siguiente a fin de no malograr el proceso, y entonces podremos todos pasear por Marbella, o por donde queramos, componiendo una mueca vagamente feliz.