Opinión

El 2008 de Fitur-Pabellón número 7 (José Luis PALACIOS)

Otro Fitur más, y posiblemente el mejor de todos a los que he podido asistir. Supongo que algo tendrán que ver los que esta vez tienen la responsabilidad de su organización.

No puedo hablar de cifras de negocio, que sería lo que realmente debería importar, y serán los propios empresarios del sector los que hagan esa apreciación, pero sí puedo hablar de la impresión que me causaron varios aspectos determinantes para intuir que este año ha sido mejor. En el Pabellón nº 7, el primer stand que se veía era el de Baleares, curiosamente entrando a la derecha, pero esta vez organizado por la izquierda.

Grande, espacioso, luminoso, atractivo, de colores suaves , representando a todas las islas. A unas más -Mallorca como siempre por encima del resto- y a otras menos -las de siempre: Menorca , Ibiza y Formentera.

Hace tiempo que lo dije y sigo manteniéndome en aquella afirmación: Ibiza debe ir sola, que seguro que recursos no faltarán para ir con todos como Baleares y sola consigo misma. Que es mucha e importante la promoción que puede y debe hacer de sus aspectos diferenciadores. Que nos den nuestros dineros, los que nos correspondan de acuerdo al número de plazas, del número de visitantes y de la población, y ya sabremos promocionar por separado lo que ahora sólo podemos promocionar al lado de nuestros más fieros competidores, nuestros hermanos -casi siempre caínes- de las otras islas.

Muy bien las carpas de Colón -léase el montaje organizado por Baleares en la Plaza de Colón de Madrid. Muy bien por la idea y la oportunidad de promocionar al aire libre las particularidades de nuestras islas, el folklore y la moda Adlib, los caballos menorquines, la artesanía popular y hasta un nuevo museo del turismo balear.

El flaó y las hierbas fueron para los jubilados -los que siempre aprovechan cualquier celebración para no sé si degustar las especialidades culinarias que allí se ofrecían o simplemente ahorrarse la cena del día a costa de los Baleares. Empujones y alguna que otra mala leche hubo entre bocado y bocado.

Por tanto, un punto positivo a los que tuvieron la idea y destinaron los cuartos para tal evento. Me parece mejor esto que gastarlo en copas y canapés en las tradicionales cenas que el Ibatur promocionaba en otras ferias de esta naturaleza.

Vimos a mucha gente, a gente conocida y a otros recién llegados a sus cargos. Porque, como todo en las islas tiene relación con el turismo, todos aprovecharon la ocasión de este nuevo evento, y que Colón volvía a mirar a Baleares -¡esto seguro que es obra de Nito Verdera!- para pasar unos días de promoción en Madrid.

Es cierto que no debemos desaprovechar la ocasión de hacer llegar a un mercado en clara ascensión como el español nuestras bondades y elementos diferenciadores, pero me parece excesivo que sean tantos los que tengan que ir. No pasé lista, pero sólo faltaba nuestro president, convaleciente y en Ibiza.

Quizás no entienda que esto deba ser así, y es mi ignorancia en el tema la que no me deja ver la importancia de esa masiva afluencia. Pero cuando mucha gente intenta exponer el mensaje, éste difícilmente llega claro y tiene el efecto deseado.

Aun así creo que el 2008 de Fitur ha sido bueno, y buenos deberían ser sus efectos por lo allí visto; bueno por la afluencia en los mostradores de los diversos stands, por la posibilidad apuntada de promoción de alguna compañía aérea de bajo coste, por la creada asociación de estaciones náuticas, y bueno también si ese niño tan pedido llamado desestacionalización hubiese podido encontrar padres dispuestos a ser responsables con su gestación y su educación.

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