'La última noche en Tremor' de Netflix: la pesadilla de Javier Rey en la costa asturiana

La plataforma estrena este viernes la serie de Oriol Paulo inspirada en la novela de Mikel Santiago

Javier Rey, en 'La última noche en Tremor'.

Javier Rey, en 'La última noche en Tremor'. / Lander Larrañaga / Netflix

Marisa de Dios

El director catalán Oriol Paulo ha demostrado en títulos como 'Contratiempo', 'Durante la tormenta', 'El inocente' y 'Los renglones torcidos de Dios' que es todo un experto en incorporar giros inesperados a sus tramas que dejan descolocado al espectador, tanto en sus historias originales como en las que adaptan libros de éxito. Es la fórmula que repite en su nueva miniserie para Netflix, 'La última noche en Tremor', un 'thriller' psicológico inspirado en el 'best-seller' homónimo de Mikel Santiago en el que su protagonista, un músico y compositor en crisis (Javier Rey), se ve sumergido en una espiral de terror en la que tienen mucho que ver sus traumas del pasado. La plataforma la estrena este viernes 25 de octubre.

Las pesadillas de Álex, el personaje que interpreta Rey, comienzan cuando se recluye en un precioso pueblo costero, el Tremor del título, en busca de la tranquilidad necesaria para terminar su última obra. Allí empieza a trazar un nuevo círculo de amistad junto a Judy (Ana Polvorosa), otra foránea que lleva ya un tiempo asentada en el lugar, y sus únicos vecinos en varios kilómetros a la redonda (Willy Toledo y Pilar Castro). Pero un grave accidente durante una noche de tormenta será el detonante para que Álex comience a sufrir unas espeluznantes visiones sobre sus vecinos que no dejan de repetirse.

"Es un personaje que sufre mucho porque siente que si no reacciona van a ocurrir cosas trágicas", resume Javier Rey, que estuvo meses aprendiendo a tocar el piano para las múltiples escenas que tiene con este instrumento a lo largo de los ocho episodios, contados prácticamente durante todo el metraje desde el punto de vista de su personaje. "Tuvimos 28 semanas de rodaje y Javi rodó 26, y esas dos en las que faltaba era porque estábamos contando su infancia", recuerda Paulo.

Sanar los traumas

Aunque más que ocho capítulos, parecen pequeñas películas (e incluso dos superan los 80 minutos). "Cada episodio habla de una única cosa y hay algo buscado en que, incluso con el lenguaje, puedas sentir que son como ocho minipelículas que, puestas juntas, conforman una miniserie", reconoce su creador.

Álex no es el único personaje que se enfrenta a un pasado doloroso en Tremor. Tanto Judy como los vecinos del protagonista lidian con los suyos, aunque el del músico sea la pieza que sirve para unir las piezas del rompecabezas. "Al final, hablamos de la necesidad de sanar los traumas y de cerrar tu pasado, dejarlo en paz, para poder tener un futuro", explica Paulo, que recupera aquí un elemento recurrente en su filmografía: la tormenta.

Javier Rey y Ana Polvorosa, en 'La última noche en Tremor'.

Javier Rey y Ana Polvorosa, en 'La última noche en Tremor'. / Lander Larrañaga / Netflix

"La tormenta siempre tiene algo metafórico que me encanta. En este caso, con ella se masca la tragedia y, a la vez, está la pureza de limpiar momentos", afirma el director catalán, que ya cuando se leyó la novela de Mikel Santiago 'La última noche en Tremore Beach' hace 10 años quiso adaptarla, pero tuvo que desechar la idea al no contar con los derechos.

"Cuando acabé 'Los renglones torcidos de Dios' empecé a trabajar en otro proyecto y entré en una especie de crisis, porque no estaba muy seguro de lo que estaba haciendo. Eso me hizo pensar en el protagonista de esta novela, un hombre que estaba atascado, que se iba para buscar la inspiración, y de alguna manera me identifiqué con él", recuerda Paulo. "Coincidió que Mikel Santiago, a quien no conocía, me mandó un mensaje diciendo que le había encantado mi última película. Me releí la novela y no solo me gustó como la primera vez, sino que vi mucho potencial en los personajes". Todo eso facilitó que pudiera hacerse finalmente con los derechos.

La costa asturiana

Como en cualquier obra que adapta a la pantalla una novela, la historia se ha tenido que adaptar al lenguaje audiovisual. Por eso hay algunos cambios respecto al libro. El primero, la localización. Si en la obra de Santiago la trama transcurría en Irlanda, aquí se ha trasladado a un coqueto pueblo de la costa asturiana.

"Nunca me planteé salir de España para rodarla y Asturias nos daba todo el universo que planteaba la novela, con el añadido de que en el libro el protagonista se aísla para encontrarse a sí mismo. El toque que le hemos dado nosotros es que vuelve a casa para encontrarse a sí mismo, y Asturias nos da mucha sensación de casa", subraya Paulo, director, coproductor y coguionista de la miniserie junto a Jordi Vallejo ('El inocente') y Lara Sendim ('Los renglones torcidos de Dios').

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