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Orgías de superhéroes y un Capitan América psicópata: el regreso de 'The Boys', contado por su creador

Hablamos con el 'showrunner' Eric Kripke sobre la tercera temporada de este asalto satírico a los superhéroes, que llega por fin el viernes a Prime Video

Jack Quaid (Hughie), Karl Urban (Carnicero), Tomer Capon (Frenchie), Kimiko (Karen Fukuhara) y Laz Alonso (Leche Materna).

Aviso para incautos: poco después de arrancar su tercera temporada, 'The Boys' (Prime Video, desde el viernes, día 3) rebasa todos los límites del mal gusto y ofrece una situación de aquellas que uno no puede olvidar aunque quiera. "No es solo lo más loco que hayamos hecho, sino quizá lo más loco que nadie haya hecho nunca", afirma el creador de la serie, Eric Kripke, en entrevista individual con este diario. "La gente piensa que exagero hasta que ve el episodio. Entonces me escribe para decir: 'Tenías razón'". En cierto modo, convierte los desvaríos más importantes de Gaspar Noé en casi chiquilladas. Ver para creer. 

¿A partir de algo así, todo suele puede ir hacia abajo? No exactamente. Este asalto satírico a los universos de Marvel y DC ofrecerá también más adelante una orgía superheroica, trama especialmente querida (busquen la miniserie 'Herogasm') de los cómics de Garth Ennis (guion) y Darick Robertson (dibujo). "He visto los copiones y son una auténtica insania", afirma Kripke. "Los vi tapándome la boca con la mano", promete.

Sea como sea, 'The Boys' se ha convertido en fenómeno no solo por su tendencia al momento chocante e indeleble (algunos seguimos pensando en cierta ballena), sino también por su sabia combinación del nihilismo del tebeo original con bien asimiladas dosis de emoción sincera. Los personajes no son simples peones en un juego de crueldad. Kripke, viejo lobo de la ficción televisiva, admirado sobre todo por 'Sobrenatural', ha sabido dar más de una dimensión a sus nuevos héroes y villanos, es decir, el grupo de fueras de la ley del título y los superhéroes poco súper de Los Siete. 

Estos últimos, celebridades desatadas que han convertido el mundo en su patio de recreo, nacieron artificialmente, y no de manera natural, en los laboratorios de Vought International, conglomerado corrupto cuyos tentáculos se alargan hacia todas las industrias imaginables, empezando por las del cine y la televisión. Esta tercera temporada arranca con un fragmento de 'El amanecer de Los Siete', 'blockbuster' que ha pasado por problemas: tras la polémica sobre el pasado nazi de Stormfront (Aya Cash), hubo que volver a rodar algunas partes, ahora con una actriz especialmente famosa en el papel. (No revelaremos quién es, como tampoco el nombre del director encargado de esos 'reshoots', gran chiste para los más metidos en cine). 

Sé malo y gustarás 

Nos reencontramos con Patriota (Antony Starr), líder absoluto (por poco tiempo) de Los Siete, en un momento delicado, teniendo que dar explicaciones por haberse colado por la nazi equivocada. Para salir de la crisis, por otro lado, no tendrá que rebajar su lado psicótico, sino mostrarlo más abiertamente. Nos cuenta Kripke: "La trama general de 'The Boys' cuenta el descenso a la locura de Patriota, y la amenaza que eso supone: si Superman pierde la mente, estamos ante un problema apocalíptico. Hasta ahora, el personaje no se había soltado por ciertas vallas de contención, como el hecho de que para sobrevivir necesitaba parecer un héroe y ser querido por la gente". 

En esta temporada, Patriota descubre que ser malo le hace mejor a ojos de muchos. "Cuando muestra, sin querer, algo de su locura al público, una buena parte de ese público empieza a quererle todavía más. Pueden hacerse paralelismos con algún expresidente de Estados Unidos. Son paralelismos totalmente buscados. Cuando entiende que no debe comportarse bien para gustar, arroja a un lado todas las vallas de contención". 

Eric Kripke en la 'première' de la nueva temporada.

Lejos de la endogamia asfixiante de muchos proyectos superheroicos, 'The Boys' es el reflejo exuberante de un mundo real donde celebridad y autoritarismo se entrelazan día a día con mayor intensidad. "Nosotros usamos el concepto del superhéroe para reflexionar sobre la atracción de las personas hacia la figura del fortachón", explica Kripke. "El mundo es un lugar complicado y la gente necesita seguir a alguien que haga sencillo lo complejo, y que les diga que será el único que podrá ayudarles, y que no hay problema que él no pueda resolver a puñetazo limpio. Por eso la gente acaba rendida ante gente muy peligrosa, además de mentirosa. O dañina: fíjese simplemente en el drama de Ucrania". 

Un Capitán América sin igual 

Mientras Patriota se desliza hacia la abierta psicosis, Carnicero (Karl Urban), el líder de los verdaderos buenos, parece estar más centrado de lo habitual: no mata a súpers, no bebe, e incluso sigue sin rechistar las órdenes de Hugh Campbell (Jack Quaid) desde la Oficina Federal de Asuntos Sobrehumanos. Pero una nueva fórmula de Vought, que permite a cualquiera convertirse en superhéroe durante 24 horas, le podría permitir luchar en igualdad de condiciones contra Patriota. Pronto Leche Materna (Laz Alonso), Kimiko (Karen Fukuhara) y Frenchie (Tomer Capon), resto del equipo, se ven arrastrados a los viejos buenos líos explosivos de siempre. 

La temporada tendrá uno de sus ganchos principales en Soldier Boy (Jensen Ackles, de 'Sobrenatural'), el Patriota antes de Patriota, una parodia de Capitán América. Según Kripke, ha escogido a su viejo conocido Ackles porque tienen pactado que le entregue la mitad de su salario. Bromas aparte, "sabía que Soldier Boy debía ser encantador, pero también dar miedo, y él puede hacer todo eso", explica. "Después de verle en algunas escenas, era incapaz de recordar que un día fue Dean Winchester; ahora solo puedo llamarle por el nombre de Soldier Boy".

'The Boys' es una serie sin igual, entre diversos motivos, por elevar un mensaje anticorporativo desde la plataforma de streaming de… Amazon, una de las mayores corporaciones del planeta. "No suelo hablar mucho de ello, pero 'Los Simpson' ha sido una enorme influencia", dice Kripke. "Porque su actitud es claramente anticorporativa [aunque después se cruce en forzadas sinergias con marcas de Disney, todo sea dicho] y sus bromas satíricas sobre nuestro mundo son de primer nivel. Poder jugar con ese tono ha sido, de veras, un hito de mi carrera. Nunca me lo voy a pasar mejor”. 

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