El equipo de 'Repor' nunca elige mal sus destinos y sus temas. Carlos Enrique visitó Benidorm para radiografiar en un documento de 25 minutos, con abundante artillería testimonial, el siniestro panorama que asola al mayor emporio turístico de nuestro país, y lo que ello supone para sus 70.000 habitantes fijos. 

En el momento de grabar el programa de los 140 hoteles de la ciudad solamente había abiertos cuatro. El icónico Cimbel es uno de ellos, y su responsable nos contó cómo es el perfil de sus residentes. Pero primaron los lamentos, la desesperación de quienes habiendo funcionado bien durante mucho tiempo, ahora frecuentan las colas del hambre en el Rincón de Loix. 

No faltaron las experiencias de los británicos instalados en la ciudad durante décadas, que explicaron sus dificultades para seguir allí, matizando que no se van porque quieren, les obligan a irse. 

El del programa 'Repor' es un caso insólito. Ahí sigue contra viento y marea, sin una triste promo que comunique a la audiencia que continúa existiendo. Arrinconado en el Canal 24 Horas, el único al que todavía no ha llegado la alta definición, además es ensuciado por el rodillo continuo de las noticias a pie de pantalla en bucle, que tanto distrae la concentración del espectador. 

Recordemos que 'Repor' nació hace 30 años justo con el título de 'Línea 900' en el centro de producción de Sant Cugat del Vallés. Su nombre no pudo ser más significativo acerca de su línea de servicio público. El espectador planteaba los temas que deseaba denunciar a través de la línea telefónica gratuita. Desde hace trece años, sin cambiar de equipo, pasó a denominarse 'Repor', manteniendo la misma línea editorial. TVE lo mantiene en un limbo. Tal vez es mejor así. En 'Repor' se respira libertad.