Una bulliciosa y apocalíptica Madrid se convertía en El día de la Bestia (1995) en el escenario para la venida al mundo del Anticristo. En 30 Monedas, la acción se traslada a un pequeño pueblo de Segovia, que podría simbolizar la España vaciada. Un pueblecito medieval y muy turístico que se convertirá en el campo de batalla de una guerra secreta por una reliquia que permitirá a su portador dominar el mundo. Álex de la Iglesia, director de ambas, vuelve a sus raíces con esta serie de televisión que ha creado para HBO y que recuerda mucho a la película que le consolidó en la industria cinematográfica española. Es el título con el que la plataforma vuelve apostar por las series españolas, tras el estreno de Patria. Una producción muy potente que podría ser la respuesta de HBO a La casa de papel de Netflix.

El argumento se centra en los esfuerzos de una secta por conseguir las treinta monedas que cobró Judas Iscariote por traicionar a Jesús de Nazareth. Es una sociedad secreta que ha adoptado el apócrifo Evangelio de Judas y que aspira a recolectar todas las piezas de la codiciada reliquia para convertirse en los nuevos dueños del mundo. Estas monedas se convierten así en una especie de Bolas de Dragón a las que hay que tener muy alejadas de las malas manos. Aunque estos codiciados objetos, de alguna manera, siempre se las apañan para volver a las manos de la persona a la que han elegido como portador. Las conspiraciones para lograr esta poderosa reliquia, capaz de conjurar a criaturas salidas de los rincones más ignotos de la mente de H. P. Lovecraft, podrían aparecer en cualquiera de los pasajes de El código Da Vinci u otras novelas de Dan Brown. A Álex de la Iglesia siempre le han gustado los monstruos. Y cuanto más grandes mejor. (No nos olvidemos que en su día llegó a postularse para ser uno de los directores de la cuarta entrega de la saga Alien. ¿Hubiera sido mejor la película en sus manos?). Pero no nos olvidemos, estamos ante una comedia. Una serie que puede arrancarnos las carcajadas al tiempo que convierte a Carmen Machi en un monstruo terrorífico. La llegada de la moneda al pueblo de Pedraza, localidad segoviana donde transcurre gran parte de la acción, es una ventana al mundo. Una conexión a grandes ciudades como Roma, Ginebra, Jerusalén y Nueva York, en el que el papel de esta población rural será decisivo en una trama más grande. La tranquilidad de la villa se verá sorprendida por terroríficos niños araña, posesiones infernales, dopplegängers, espejos con sorpresa y muertos que vuelven a la vida. Terror satánico y paranormal con toques de comedia gamberra y con sabor típicamente español.

El protagonista es Eduard Fernández, en el papel del padre Vergara. Un personaje muy diferente al sacerdote que encarnó Álex Angulo en El día de la Bestia. El padre Berriartúa es enclenque, una figura casi cómica y nada habituada al trabajo de calle en la lucha contra las fuerzas del mal. De hecho, sale a buscarlas activamente para frustrar la llegada del diablo. En cambio, Vergara está hecho un mulo. Pasa largas horas dándole a un saco de boxeo empapando la sotana en sudor y está curtido en esa guerra contra el mal. Le acompaña la leyenda negra de que mató a un hombre. Pero él no busca activamente al diablo como Berriartúa. Vergara se ha ido a un pueblo tranquilo donde nunca pasa nada para esconderse de aquellos que le persiguen. Pero en un mundo globalizado, hay pocos sitios donde uno pueda ocultarse.

Si a Angulo le acompañaban Santiago Segura como el heavy José Mari y Armando de Razza como el profesor Cavan, al padre Vergara le toca formar equipo con unas personas muy distintas. No son satánicas, ni de Carabanchel. Ni siquiera son conscientes del follón en el que se están metiendo, aunque Vergara trate de dejarles apartados desde el principio. Miguel Ángel Silvestre encarna a Paco, el alcalde del pueblo, muy alejado del papel de galán al que nos tiene acostumbrados. Más bien es una persona pusilánime y obsesionada por el qué dirán. Ya que en este caso, sus vecinos son también sus votantes. Así que lo que más le preocupa es alejarse de cualquier decisión que pueda ser polémica. Mientras que Megan Montaner encarna a la veterinaria del pueblo, Elena, que acaba convertida en toda una heroína de acción. Sobre ella, la maldición de las monedas parece cebarse especialmente. Cada semana, el trío se enfrenta a un nuevo horror sobrenatural, al más puro Expediente X. También destaca, el papel de Macarena Gómez, Merche, la esposa del alcalde. Una mujer muy ambiciosa, a la que Pedraza se le ha quedado pequeño y aspira a grandes cosas. Su personaje va a más a medida que avanza la temporada y todo apunta a que podría ser uno de los personajes principales en los nuevos episodios que ya está gestando De la Iglesia con el guionista, Jorge Guerricaechevarría.

30 Monedas es como El día de la bestia en estado superlativo, aunque su escenario sea más pequeño. El inconveniente es que la sombre de su predecesora es muy larga y ha dejado su huella en la historia del cine español. Para muchos es el mejor largometraje del cineasta y eso que era su segunda película. Con semejante carta de presentación y el respaldo de la taquilla, el cineasta vasco ha tenido un margen mucho mayor a la hora de trabajar que el que de otros de sus compañeros de profesión. Aunque también haya sufrido batacazos comerciales en su carrera. Parece que también en HBO ha tenido carta blanca para hacer la serie que él quería. Terminada la primera temporada parece que 30 Monedas ha tenido una gran repercusión. Incluso internacional. Así que, a su modo, puede que De la Iglesia también haya hecho historia en la pequeña pantalla. El tiempo lo dirá. La serie es un repaso a los grandes éxítos del cineasta, en el que desata su imaginación, combinando de manera trepidante los géneros de comedia y terror con los que se dio a conocer. 30 monedas quiere ser más grande, hasta el punto de que una sola temporada se le ha quedado corta. Al final del último episodio, resulta que se están planificando hasta dos entregas más. Y es que en el último episodio se nota que todo se les que ha quedado pequeño. Hay muchos cliffhangers y tramas que no se sabe cómo han quedado. Como Merche, necesitan algo más grande.