Última hora de Tamara Falcó e Íñigo Onieva: anuncian que amplían la familia

Desde que Tamara Falcó e Íñigo Onieva contrajeran matrimonio, uno de los mayores deseos de la pareja, sobre todo de ella, ha sido convertirse en padres. La hija de Isabel Preysler, de 43 años, siempre ha reconocido públicamente que para ella la maternidad es fundamental y que formar una familia es uno de sus anhelos más profundos.

Hasta tal punto es este deseo, que el pasado Día de la Madre (primer domingo de mayo), algunos medios de comunicación informaron de que la marquesa pasó la jornada llorando a lágrima viva y muy afectada porque lleva tiempo intentando quedarse embarazada y no lo conseguía. Hasta ahora, ha apostado por métodos naturales y éticamente acordes a su fe, como la naprotecnología, rechazando otras vías que podrían facilitar el embarazo. Esta elección, profundamente personal, se ha convertido también en una fuente de ansiedad y frustración. El paso del tiempo, implacable, y cada intento fallido han ido dejando cicatrices invisibles que pesan más de lo que ella misma reconoce públicamente.

Según fuentes cercanas, la armonía en su matrimonio se ha visto afectada por el dolor compartido y las decisiones divergentes sobre cómo afrontar este deseo tan íntimo. Íñigo, pragmático, ha planteado alternativas como la adopción o la gestación subrogada, pero el muro de convicciones religiosas y personales parece infranqueable. 

Al final, llega la buena noticia

La pareja, que sigue a la búsqueda activa del bebé, ha decidido tomar una decisión muy habitual en este tipo de situaciones: ampliar la familia con hijos perrunos, ya que ambos son muy amantes de los animales.

La hija de Isabel Preysler ya tiene una perrita de la que se separa muy poco, Jacinta, un pequeño caniche de color canela. Pro el matrimonio ha decidido ampliar la familia sumando dos nuevos canes: Missy y Dalkkung. Dos perritos de la raza Bichón Maltés que se caracterizan por ser de pequeño tamaño, no superar los 8 kilos y ser bastante cariñosos o juguetones.