Íñigo Onieva rompe la relación de Tamara Falcó con su hermano Enrique Iglesias

La ruptura afecta a toda la familia y se vive una tensa situación

Tamara Falcó y Enrique Iglesias

Tamara Falcó y Enrique Iglesias

Jorge López

Jorge López

La relación entre los hermanos Enrique Iglesias y Tamara Falcó, ambos hijos de Isabel Presyler (y de Enrique Iglesias el primero y Carlos Falcó la segunda), no está pasando por su mejor momento. De hecho, muchas fuentes apuntan a que está absolutamente rota.

La relación entre Enrique Iglesias y Tamara Falcó, dos de los rostros más conocidos del panorama mediático español, atraviesa uno de sus momentos más fríos. Lo que antes era una conexión estrecha entre hermanos parece haberse transformado en un alejamiento sostenido. Según diversas fuentes cercanas al entorno familiar, el distanciamiento no es producto de un conflicto aislado, sino de un cúmulo de desencuentros personales, siendo uno de los detonantes la figura de Íñigo Onieva, actual marido de Tamara.

En este contexto, Isabel Preysler se encuentra en una posición complicada. Como figura central de la familia, ha tratado de mantener la armonía, aunque allegados aseguran que su relación con Tamara también se ha enfriado. Mientras tanto, Enrique y Ana Boyer habrían reforzado su vínculo con su madre, preocupados por el impacto emocional de los últimos acontecimientos familiares.

Onieva, empresario vinculado al ocio nocturno madrileño, habría sido motivo de desconfianza desde el entorno de Enrique Iglesias, especialmente por su antigua implicación en un local de hostelería donde el cantante también mantenía intereses. La información recibida sobre posibles actitudes reprobables por parte del empresario habría sido suficiente para que el artista expresara su preocupación a su hermana. Sin embargo, tras el escándalo de infidelidad y la posterior reconciliación pública de la pareja, Enrique optó por tomar distancia definitiva, dejando incluso de asistir a la boda.

A pesar de la aparente cordialidad en actos públicos, la situación interna del clan Preysler refleja fisuras significativas. Tamara, firme en su decisión de defender su matrimonio, se mantiene ajena a los reproches de su entorno más cercano. En cambio, Enrique prefiere mantenerse al margen, centrado en su carrera y su vida familiar en Estados Unidos, sin intención, por el momento, de reconstruir un vínculo que considera comprometido por decisiones ajenas a su control.

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