Todo al negro, la inspiración del diseñador gallego Roberto Diz ha sido la que ha guiado la primera prueba del concurso, que en su ecuador ha recuperado a Ancor, en un programa que han visitado "las Retales", Bibiana Fernández y Anabel Alonso, que han relajado con sus bromas a los concursantes.

La noche comenzó con unos aprendices reivindicativos reclamando derechos, entre risas, con pancartas en las que pedían desde que la presentadora Raquel Sánchez Silva bajara al taller a coser hasta un rotundo "Caprile no nos grites", a lo que el modista respondió: "No hay mejor desprecio que no hacer aprecio".

Pero después de las primeras risas, llegaron los agobios y las sorpresas. Una vez que cada concursante eligió el tejido para confeccionar un vestido negro, el color de la elegancia, "para ese fondo de armario en el que nunca puede faltar", advirtieron los tres jurados, el reto consistía en que cada uno de ellos cambiara su elección y complementos con el compañero de al lado.

Un desafío del que no pudieron salir airosos todos los aprendices, y el que, al fin, Lluís consiguió el deseado primer puesto, que le había resultado esquivo hasta el momento.

En el reto por equipos, los concursantes se desplazaron al Teatro Real de Madrid, donde una de las diseñadoras de vestuario más importantes del mundo, Sandy Powell -ganadora de tres Óscar al Mejor Diseño de Vestuario y creadora del vestuario de "Shakespeare in Love", "El aviador", "Carol" o "La Favorita"- vigiló de cerca su trabajo.

La diseñadora, junto a la que ha trabajado Lorenzo Caprile confeccionando el vestido de novia de Margot Robbie en "El lobo de Wall Street", no ha dudado en afirmar que el modista es el "mejor diseñador de vestidos de novia". Nunca hasta el momento el creador se había mostrado tan emocionado con una visita, hasta el punto de que al finalizar dijo: "Creo que voy a llorar", delante de su amiga.

La prueba por equipos volvió a poner de manifiesto las diferencias irreconciliables entre Lluís y el psicólogo extremeño Gabriel, que optaron por estar en equipos diferentes, para evitar roces y malos comentarios.

Pero el "summum" de la rivalidad llegó cuando en la última prueba el concursante catalán eligió un cuerpo de látex que había elaborado Gabriel, al que tuvo que darle una segunda vida. Una elección envenenada que a punto estuvo de costarle la expulsión.

Para no variar, la mala elección de tejido de Fermín consiguió complicar la confección del vestido de su equipo, que finalmente tuvo que enfrentarse a la prueba de expulsión.

También en el Teatro Real, los cinco concursantes eliminados en programas anteriores competían por ser repescados confeccionando un vestido que tenía que ver con una famosa ópera, al que debían incorporar flores elaboradas por la sombrerera Mariana Barturen. La prueba la ganó Ancor, que la próxima semana volverá a coser en el taller.

En la prueba de expulsión, con una prenda elaborada durante los programas anteriores Fermín, Gabriel, Yelimar y Mily han tenido que confeccionar una nueva, una manera de hacer frente a su capacidad para ser sostenibles, un reto al que se ha sumado María Escoté, la reina del reciclaje.

Precisamente, esa ha sido la razón de la visita de "las Retales", el divertido apodo de Anabel Alonso y Bibiana Fernández. "De un retal siempre sale algo bonito", ha dicho Alonso.

Una prueba que ha llevado, finalmente, a la expulsión a Fermín, el estilista de Huelva, un acontecimiento inesperado que ha hecho que Lluís se plantease también su salida del taller por no seguir "aguantando a Gabriel", algo de lo que tanto los jueces como la presentadora han intentado disuadirle y aconsejado que se replanteara en frío. "Me lo voy a replantear por Raquel", ha concluido diciendo el catalán, por la seriedad y la reflexión con la que la presentadora se ha dirigido a él.