Estanques de sal, torres de defensa, dunas interminables y una panorámica de Formentera única son solo algunos de los atractivos que regala esta playa. La belleza de esta playa de aproximadamente 1.400 metros de longitud y unos 25 ó 30 de anchura reside, principalmente, en que se encuentra dentro del Área Natural de Especial Interés de ses Salines. En dicha zona, turistas y residentes pueden contemplar los estanques en los que aún a día de hoy se recoge la sal que, posteriormente, se exporta.

Pero Salines no es conocida únicamente por su valor natural. Son muchos los paparazzis que acuden a este enclave para fotografiar a la gran cantidad de famosos que se dejan caer por allí.

Por si fuera poco, la playa ofrece unas maravillosas vistas a Formentera y es un lugar ideal para pasar el día junto a los más pequeños ya que su profundidad media no suele pasar de los 170 centímetros a más de 50 metros de la orilla.

La alta calidad de sus aguas y su arena, fina y blanca, atraen a numerosos visitantes a diario, quizás el único inconveniente que tiene este lugar, al que se puede llegar cómodamente en autobús.

Servicios

La playa cuenta con varios restaurantes, servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, parking y baños.

Además, existen puntos que ofertan todo lo necesario para la práctica de deportes marítimos y unas redes en las que jugar a las palas.