En un cazo de fondo grueso se pone la miel, dejando que cueza a fuego lento durante 20 minutos o hasta que al poner unas gotas en un plato, éstas se solidifiquen.
Entonces se añaden las almendras molidas, el pan rallado, los clavos molidos, el anís, la corteza de limón y la canela.
Se deja al fuego unos cinco minutos sin dejar de remover y, pasado ese tiempo, se retira del fuego.
Se deja enfriar la masa y cuando está fría se toman porciones con las manos, se les da forma de croqueta, se rebozan abundantemente en azúcar glas y se dejan reposar en un lugar fresco y seco durante 24 horas.